miércoles, noviembre 27, 2024
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Bankia

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En estos tiempos de desconfianza y promesas incumplidas es alentador observar que algún compromiso se hace realidad: Bankia se anunciaba con una frase redonda: “Todo un futuro juntos”. Lo han cumplido. Incluso el presente. Ayudados por el gobierno, pero el hecho esta ahí. Juntos para siempre ya que lo han nacionalizado. O algo así. Es decir: nos han hecho accionistas. A ustedes y a un servidor. Si los argentinos tienen petróleo, nosotros tenemos banco. El que no se consuela es que no quiere.

No esperen de mí un comentario frívolo sobre esta circunstancia. Servidor, como dirían en los programas televisivos del cuore, es “una persona humana que asume sus responsabilidades y agradece los detalles”. En este sentido y dada mi nueva responsabilidad como accionista de una entidad financiera, me he comprado un traje, una camisa con gemelos, una corbata a juego e incluso unos tirantes.

Pero esta demostración de responsabilidad estética no tendría mayor valor si no viniera acompañada por la ética que a su vez produce cierto desasosiego al intentar estar a la altura del nombramiento y cumplir con aseo esta nueva etapa de mi vida.

Servidor desea ardientemente ser un buen accionista de esta (mi, nuestra) entidad nacionalizada. Como es de todos, sé positivamente que ustedes agradecerán mis desvelos, ya que rápidamente he encontrado una eficaz e interesante labor congruente con mi actual profesión de jubilado, en la cual puedo ser de gran utilidad.

Me explico: Como muchos habitantes de la capital, vivo en un piso situado encima justo de una oficina de la antigua Caja Madrid y actual Bankia. Desde hace unos días noto muy cercana la llamada de la propiedad y por ello he empezado a aplicar la formulación técnica empresarial que así reza: “El ojo del amo engorda el caballo”.

En este sentido he comenzado a investigar en mi vecina sucursal sobre la actitud de los empleados, horarios, salidas para los recurrentes desayunos, número de desayunos, dotación de la oficina, limpieza de la misma, publicidad, material de mechandising, folletos, trato con clientes, etc. Todo ello observado desde detrás de los escaparates.

La siguiente fase enfocará el aspecto humano. Preguntaré por las preocupaciones más íntimas del personal para lograr cierta empatía con ellos. Una vez conseguido el objetivo, pasaré a la fase motivacional consistente en darles ánimos e interesarme por el devenir de la sucursal y así darles oportunos consejos que les ayuden a cumplir brillantemente con su labor y clientela.

Va a ser un trabajo ingente e incluso arduo en el cual voy a emplearme a fondo, ya que aparte de mi labor institucional, no deseo por nada en el mundo que mi silenciosa sucursal se convierta en ruidoso bar.

Hasta la próxima semana.

Paco Fochs-Estrella Digital

Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.

Paco Fochs

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