Las jornadas del miércoles y ayer jueves en el Congreso quedaran en la memoria de muchos. Cuesta recordar jornadas en las que el ánimo general estuviera tan decaído, tan asombrado como lo ha estado estas dos jornadas. La prima de riesgo -500 puntos- y la caída en picado de la bolsa han sido los protagonistas no de los debates en el hemiciclo, sino de las conversaciones y encuentros en los pasillos que es donde realmente sus señorías dicen lo que piensan.
Pues allí en los pasillos, se puede hablar, sin exagerar nada, de desolación. Desolación por unos esfuerzos de recortes y reajustes que ante la actitud de Europa hacia nuestro país, lleva a muchos a la melancolía concluyendo que «parece que hagas lo que hagas, da igual». Desolación porque creen que «lo peor», en lo que a recortes se refiere, «esta por venir» y desolación porque la impresión más compartida es que «con esta prima de riesgo no aguantamos una semana más y si seguimos así estamos abocados a la intervención». Desde luego el ministro Guindos, niega taxativamente esa posibilidad. «Ni intervención, ni nada».
Estar en los pasillos del Congreso, es como estar en la misma calle. Se habla del paro, de la prima de riesgo, del hijo que busca trabajo en Londres y además, como quien mas quien menos, maneja datos que no están en la calle, la coincidencia de sentirse ya en pleno abismo se ha instalado por igual en todos los partidos que esperan que el BCE no permita que la especulación se cebe con España y que las declaraciones de reconocimiento al esfuerzo español den paso a actitudes contrarios.
El ministro Montoro se ha declarado harto del trato que recibe España por parte de algún preboste europeo. El Gobierno está cumpliendo con lo exigido, España no se anda con frivolidades ni está escatimando esfuerzos, incluso hay algunos que confían en que «esto mas pronto que tarde se va a arreglar» y desde hace cuatro meses nuestros viernes son viernes de dolores. ¿Qué más quieren aquellos que en Europa dictan lo que esta bien o mal hecho?. Ver a sus señorías de todos los grupos políticos, alicaídos y agobiados es la mejor crónica de situación, de una situación sin precedentes que ha hecho que estas dos jornadas parlamentarias, al margen del debate concreto, el agobio no iba por barrios porque se notaba en el cuello de todos y de manera especial en las miradas de los miembros del Gobierno, empezando por su Presidente que, por primera vez, el miércoles buscó él a los periodistas. Hasta el imperturbable Rajoy comienza a necesitar su pizca de desahogos.
Charo Zarzalejos-Estrella Digital
Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.
Charo Zarzalejos