Los españoles estuvimos el sábado pasado pegados a radios y televisiones siguiendo con expectación la rueda de prensa del Ministro de Economía, que tuvo lugar a continuación de la conferencia del Eurogrupo, en la que se estableció la posibilidad de que el gobierno español pueda recibir un rescate de hasta 100.000 millones de euros para recapitalizar a la banca nacional.
Vaya por delante que tengo la impresión de que todos los españoles echamos en falta la presencia del Presidente del Gobierno que es quien debería haberse dirigido al país auxiliado por el ministro del ramo, pero ya sabemos que la comunicación no está siendo la especialidad del partido en el poder.
Al margen de lo anterior, la situación que se ha venido generando en estos días pasados en este país con el problema de Bankia en particular y el de la banca en general, se vino a unir a un informe del FMI en el que que se fijaron las necesidades de financiación del sector financiero en una cifra máxima de 80.000 millones de Euros.
Además, los mensajes del Presidente de los Estados Unidos a los miembros de la zona euro para que inyectasen capital en los bancos problemáticos y el pánico general ante las elecciones griegas del próximo día 17, que podrían suponer su abandono del Euro, han formado un cóctel que ha llevado a los miembros del Eurogrupo a imponer a nuestro país un rescate dirigido a la banca.
De acuerdo con las declaraciones del Ministro de Economía, Sr. De Guindos, habrá que esperar a las conclusiones de las auditorías del sector bancario para conocer los importes precisos, lo que sucederá el día 21 del presente mes. A partir de ahí comenzaría el proceso de rescate con la petición formal del gobierno español, que sería estudiada por la Comisión Europea, quien junto al Banco Central Europeo, la Autoridad Bancaria Europea y el Fondo Monetario Internacional harán la evaluación que estimen oportuna, fijando las condiciones que deberá cumplir el sector financiero español para recibir la ayuda.
Es verdad que hay que tener presente que dada la dificultad y el precio brutal que tendrían en el mercado en estos momentos los fondos necesarios para sanear directamente el gobierno español el sector financiero, unido a la alternativa de proseguir ahondando la situación de deterioro, al continuar sin afrontar el problema de verdad, se tiene la impresión de que este rescate podría ser una alternativa que ponga de nuevo a trabajar a la banca en la reactivación de la economía del país, ya que es la grasa de todo el engranaje económico y sin ella nada funciona.
Pero hay que decir que es triste haber pasado de un Presidente que nos indicaba hace pocos días la falta de necesidad de un rescate, a que el mismo nos haya sido impuesto y que además ese mismo Presidente brillase por su ausencia a la hora de contar la nueva realidad al país en primera instancia y tuviéramos que esperar al domingo, y bajo la presión mediática, para que nos contase que en realidad todo estaba previsto desde el mes de noviembre pasado, que tan sólo se trata de una línea de crédito para la banca española y que este hecho es un hito más en el largo proceso de la recuperación de nuestro país. De verdad que creo que todos pensamos que D. Mariano Rajoy hace lo que buenamente puede y lo que le permiten hacer y que sus intenciones son buenas, pero los españoles somos mayores de edad y entendemos todo perfectamente. La verdad puede ser triste o alegre, pero lo que no tiene es remedio y como tal hay que contarla.
Atrás quedaron las pretensiones de que las ayudas viajasen directamente de los fondos de rescate a los bancos en apuros, ya que pasarán por el FROB, o lo que es lo mismo, por el Estado Español, quien será su garante, quedándonos la impresión de que los únicos muebles que se han podido salvar han sido los de mantener una relativa independencia en el área macroeconómica, donde parece que no se impondrán nuevas medidas, aunque todavía estemos a falta de conocer parte de la letra grande y de la pequeña en que se plasmará el rescate y de que además Bruselas se reserva el seguimiento de la macroeconomía española.
Por último, creo que con este rescate blando que vamos a vivir debería abrirse un proceso en España para depurar responsabilidades entre los políticos, el Banco de España y las Cajas de Ahorro, con todos sus gestores de vía estrecha y bolsillo ancho, y en general con todos los implicados, para intentar que los errores que nos han llevado a esta situación no se vuelvan a repetir. Es preciso aprender de una vez que no todo vale y que la forma de vida de la última década, en la que todo era bueno, el trinque, el negociete, el llevárselo por aquí o por allá sólo conducen a un punto, al desastre, a la desvergüenza y a la pérdida de credibilidad de nuestro país.
Por lo pronto, veamos hoy lunes como digieren la noticia la bolsa española y nuestros prestamistas para tratar de hacernos una idea de qué efectos tendrá sobre nuestra economía este rescate y así poder empezar a realizar una valoración más precisa.
José Luis Martín Miralles-Estrella Digital
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