El Gobierno reconoce que tiene problemas de comunicación por los cuales la gente no acaba de entender su labor. No voy a ser yo quién les contradiga.
Es más, servidor, siempre positivo, se atreve en breves palabras a centrar el problema e incluso a proporcionar una solución sencilla y definitiva.
Así, opino que el problema radica en el deseo de cambiar el significado de las palabras. O impedir su uso. El gobierno gasta muchas energías en esta lamentable labor. Por ejemplo: la palabra ‘rescate’, tan bella y esperanzadora en sí misma, actualmente parece prohibida e incluso estaría por asegurar que el cargo público que la utilice puede ser cesado, multado o enviado a galeras.
Las subidas de impuestos son reordenaciones, los recortes en los presupuestos de enseñanza o sanitarios son optimizaciones, flexibilizaciones, ponderaciones o regularizaciones y así seguimos con el estilo que puso de moda la Casa Real cuando bautizó al divorcio como un “cese temporal de la vida conyugal”. Algo cursi pero genial.
En comunicación hay que decir las cosas claras y directas. Luego se puede transmitir lo que se desee. Pero el titular es básico en cualquier mensaje.
Esta premisa nos lleva a la solución que concretamente el PP tiene al alcance de su mano.
En un pueblo de León existe un alcalde del PP que ha denominado a nuestro solemne ministro de industria (correligionario suyo) como “Tonto del culo”. Está clarísimo: a este señor deben ficharlo. Al Alcalde, por supuesto. El ministro ya está fichado en todos los sentidos. El mensaje puede gustar o no, en especial a la familia y amigos del ministro, pero el slogan es potente, rotundo y memorable.
Esto no hubiera pasado si llama al ministro “Necio del trasero” o incluso “Estulto del pompis”, con estas rebuscadas expresiones convendrán conmigo que el mensaje perdería credibilidad y aportaría cierto desconcierto al personal.
Con este alcalde al mando de la comunicación, ya sea en Moncloa o Génova, los problemas se solucionarán o serán de otro estilo, pero proporcionará espectáculo: las ruedas de prensa se celebrarán en un ambiente más distendido, las declaraciones serán más cortas e interesantes y los índices de audiencia de los telediarios aumentarán ostensiblemente.
Hasta aquí mi desinteresado consejo profesional que espero sea de utilidad para el Gobierno y de gran diversión para la audiencia.
Hasta la próxima semana.
Paco Fochs – Estrella Digital
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Paco Fochs