Estamos más cerca de comprender las complejas realidades interiores del mundo subatómico y de desentrañar la partícula primigenia que dio lugar al universo, que de comprender el escabroso y a veces siniestro mundo de las finanzas.
Es verdad que el sistema financiero se ha convertido en una suerte de constelaciones de intereses con vida propia, más allá de la inteligencia humana, y al igual que Arthur C. Clarke nos advertía del extraño comportamiento que podrían llegar a alcanzar la inteligencia artificial y el desarrollo tecnológico, el enrevesado mundo de los mercados parece haber adquirido una nueva dimensión en la que su conducta no se corresponde en absoluto con los fines para los que, supuestamente, fue creado.
No vamos a hablar ahora ni de activos tóxicos ni de hipotecas basura, ni de la manipulación del Euribor, ni de la del Libor descubierta en la City londinense. Ni de Bankia y su abrupta irrupción en el intrincado universo de las manipulaciones contables en la época anterior a este equipo directivo. Hoy, si acaso, tocaría hablar del salto cualitativo que supone la investigación judicial con imputaciones severas y necesarias a quienes tenían en su mano, por lo que se ve, la responsabilidad de impedir el desmoronamiento de esta insólita maquinaria que es el sistema bancario cuando está mal gestionado.
Banco de Santander, la Caixa o BBVA, mantienen, a pesar de la crisis inmobiliaria, una expectativa razonable en su actividad y aportan, a pesar de las dificultades, confianza para la credibilidad del país. Por el contrario, las cajas anduvieron trasteando en ese no menos insólito, extraño o complejo universo intermedio entre la política, la acción social y el negocio bancario, dando con su habilidad inconmensurable tantos beneficios a sus directivos como desgracias al país.
Se va a investigar por iniciativa de UPyD. El PP y el PSOE pueden seguir ad eternum mordisqueándose acerca de la comisión parlamentaria del ahora sí, ahora no; pero los votantes empiezan a ver en ese pequeño partido de Rosa Díez algo más que una opción contestataria, y pueden convertirlo en una futura alternativa al bipartidismo que solo sirve para que se saquen los colores mientras a los demás nos sacan los dineros.
Si la comunidad científica ha puesto al servicio de la humanidad luz en el misterio de la partícula de Higgs, haciéndonos más comprensible la naturaleza del universo, la Audiencia Nacional puede dar claridad al misterio del origen de Bankia y desentrañar los confusos prolegómenos que la llevaron a ser la cuarta entidad del universo financiero de España.
Editorial Estrella