Cuentan que este jueves se reunieron en Moncloa los representantes del sindicato unitario CCOO-UGT con el Presidente del Gobierno. Y digo que lo cuentan porque solo se sabe que se reunieron. Al parecer, para que Rajoy explicase al sindicato las razones de sus reformas y lo mal que está la cosa de los dineros en España y para que Toxo y Méndez le expusiesen, a su vez, al Presidente lo mal que están las cosas en la calle y el otoño caliente que le espera, con lo que se supone que fue una reunión de cortesía.
De cualquier forma, que todo se haya hecho de manera cuasi clandestina me parece bastante lamentable con la que está cayendo en la calle. No es de recibo que tanto los dos líderes sindicales como la ministra de Trabajo no hayan dado, siquiera, una rueda de prensa. Si no conjunta, al menos cada uno por su lado, para exponer de qué fue la reunión. Hay muchas cosas importantes que saber de ese enfrentamiento Gobierno-Sindicato y hubiera estado muy bien que se hubieran hecho públicas por la cuenta que nos trae a todos.
De esta manera, nunca sabremos si uno de los puntos más calientes de la reunión estuvo, por ejemplo, en la reducción de liberados sindicales que ha anunciado el Gobierno ya que es un tema que preocupa mucho al sindicato unitario por la cuenta que le tiene y a los ciudadanos por la cuenta que pagamos.
Y es que es una pena que sigamos sin saber, por ejemplo, cuántos liberados sindicales hay en España y a qué dedican su tiempo libre… Porque ni el Gobierno da datos oficiales de cuántos son ni lo hace el sindicato unitario. Y no hay censo de ellos porque los liberados sindicales en España son semi-clandestinos.
Según fuentes sindicales, en la actualidad, hay más de 350.000 representantes sindicales (no confundir con liberado sindical) tanto del sector público como del sector privado. Pero saber cuántos de estos representantes son liberados, naranjas de la china.
Hace dos años la CEOE se arriesgó a decir que, en el sector privado, había 4.200 trabajadores liberados, que costaban «más de 250 millones de euros al año, sin contar el coste de reposición o la productividad asociada».
En el caso del sector público, en cambio, las cifras están entre los 9.000 y los 10.000 (sumando la Administración Central, autonómica y local), de los que 8.000 corresponderían a CCOO-UGT, y los otros 2.000 al sindicato con más peso en la Administración, CSI-CSIF. Un abuso. Y, aunque son cifras sin confirmar, deben ser bastante ciertas porque el Gobierno tiene previsto ahorrar unos 150 millones de euros al año, que es una pasta, con la anunciada reducción de 6.000 liberados en la cosa pública.
Lo dicho, una pena que no nos hayan hablado de lo que se trató en la reunión. Porque, en esta lucha por la catarsis que afortunadamente se está llevando a cabo en España, hubiera sido bueno que se acabase con este oscurantismo concreto. Otra vez será.
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La sonrisa de la avispa