La banda terrorista ETA está necesitada de protagonismo. Se acercan las elecciones vascas y le apremia recordarle a su gente que sigue existiendo. Ya no es nada. Sólo unos cuantos indeseables en la cárcel y otros cuantos en las instituciones porque seis personas sin piedad (Pascual Sala, Eugeni Gay, Elisa Pérez Vera, Pablo Pérez Tremps, Luis Ortega y Adela Asua) la legalizaron con el nombre de Bildu y Amaiur.
Y en esa estrategia de marketing andaba la banda terrorista cuando vio un rayo de luz para sus objetivos en la huelga de hambre que está llevando a cabo el torturador de Ortega Lara. Un tipejo que, dicen, está muy enfermo y quiere morir en su casa. Hecho, por cierto, que él mismo le negó al propio Ortega Lara. Porque este asesino le tuvo, en un zulo de Mondragón, 532 días encerrado en unas condiciones terribles. Y hay que recordarlo porque se nos olvidan las cosas.
Y hay que recordar que el zulo en el que se hallaba Ortega Lara era muy húmedo (pues se encontraba a pocos metros del río Deva), no tenía ventanas y estaba situado bajo el suelo de una nave industrial. En una especie de sarcófago que tenía unas dimensiones de 3 metros de largo por 2,5 de ancho y 1,8 m de altura en el que únicamente podía dar tres pasos. Un lugar que solo disponía de la luz de una pequeña bombilla y en el que Ortega Lara hacía sus necesidades en el orinal en que recibía también el agua para asearse.
Y lo peor fue que este torturador que quiere morir en su casa negó la existencia del zulo cuando lo detuvieron y Ortega Lara estuvo a punto morir encerrado en aquél mísero agujero sin que nadie le pudiese encontrar jamás.
Bueno, pues este tipejo sin alma se ha puesto en huelga de hambre. Y esa actitud es la que ha aprovechado ETA para ordenar a sus asesinos que se pongan también en huelga de hambre. Una huelga, por supuesto, ful. Como la del multiasesino De Juana Chaos. Para hacer publicidad electoral gratis.
A partir de aquí, sólo tengo que decir que el Gobierno debe hacer todo lo posible para que los etarras en huelga de hambre cumplan su voluntad de ayuno hasta el final. Como hizo Margaret Thatcher, en su día, con terroristas norirlandeses.
España no debe admitir este tipo de chantaje más propio de pícaros que de otra cosa ya que todo es una burla. Nadie de esta gentuza llega hasta el final.
Estos tipejos ni siquiera tienen valor para hacerlo.
Como tampoco lo tiene el caradura de Arnaldo Otegi, que también se ha puesto en huelga de hambre. Hecho que demuestra, una vez más, que Batasuna y su sucesora Bildu forman parte de ETA.
En cualquier caso, lo que debe quedarles claro es que ya no hay atajos y menos negociación política con el Gobierno.
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La sonrisa de la avispa