El presidente Rajoy ha pasado a la carga. Su habitual contención ha quedado fuera del discurso con el que se ha dirigido a los miembros de la reunión interparlamentaria del PP que se reúnen en Toledo. Consciente del desgaste que sufre su partido por las decisiones económicas que se ve obligado a tomar, Rajoy ha marcado el terreno de juego dejando claro que quien debe responder sobre la situación creada es el PSOE, y que el PP y su gobierno lo que están haciendo es “cimentar” una nueva estabilidad económica de acuerdo con las necesidades que el país tiene para cumplir con los objetivos que España tiene en el contexto de la Unión.
España se encuentra en una encrucijada y de ella no se ha de salir ni con demagogia ni con oportunismo
El presidente es poco dado a los ejercicios de ataque, por eso es probable que tras este primer balance del año de gobierno se encuentre una nueva estrategia de “pasar a la ofensiva” para atribuir a quién le corresponden las razones que le han llevado al punto de acometer reformas imprescindibles para el sostenimiento del sistema.
España se encuentra desde hace ya tiempo en una encrucijada y de ella no se ha de salir ni con demagogia ni con oportunismo; podrán cuestionarse aspectos propios de cada una de las decisiones adoptadas, pero es un hecho que es imposible descontextualizarlas de un mal general que afecta a todo nuestro sistema de bienestar.
Es hora de gobernar, y así lo viene haciendo el ejecutivo, y es imposible desatender que en las decisiones de gobierno siempre hay un componente de realidad que no viene determinado sino por la forma de gobierno precedente y por la situación en que estaba el país cuando se asumió la responsabilidad de gobernar.
Hace falta pedagogía democrática y para hacerla lo primero es expresar las verdades que son como son y que obligan a lo que obligan. No hay “buenismo” en esta actitud del presidente, sino reconocimiento de la realidad, y ese reconocimiento es una exigencia ante la que también deben responder los responsables anteriores. O lo que es lo mismo, los que gobernaban antes, que a nadie se lo olvide, son los mismos que hoy se sientan en los bancos de la oposición.
Editorial Estrella