Nada pasa por alto en estos momentos de crisis. Y menos cuando las excepciones y posibles favoritismos los disfrutan aquellos que menos lo necesitan. Y que, por lo pronto, están discutidas con la ética y la moralidad.
Montoro no debería escatimar en meter la mano sin piedad, recortar e investigar
Sí, hablo de ellos, de la clase política y de dos escenarios en los que Montoro, visto lo visto, no debería escatimar en meter la mano sin piedad, recortar e investigar. Los dos escenarios a los que me refiero son la famosa Amnistía Fiscal y las Pensiones Vitalicias.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, comunicaba el pasado 3 de diciembre de 2012 que el Estado había recaudado 1.200 millones de euros gracias a la Amnistía Fiscal. Claro está que si no se hubiera impuesto esta polémica medida, desde luego, no se hubiera recaudado nada. Dinero, desde luego, necesario para tantas partidas y agujeros rozando la quiebra. La falta de moralidad y de ética en esta iniciativa se centra en los políticos. Se entiende que la Amnistía Fiscal da luz verde para que aquellos anónimos o menos anónimos pertenecientes al sector privado puedan dar entrada a nuestro país dinero de cuentas en B. Es verdad, pero ¿qué hay del dinero que proviene de cargos del sector político? ¿De dónde provienen esas cuantiosas cifras? Mal está defraudar a Hacienda, que como nos recuerdan siempre, somos todos. Pero si además engañas a Hacienda con dinero proveniente de malversaciones públicas, primas ilegales o comisiones irregulares del sector público, el resultado es que engañas doblemente a todos los españoles. Y esto no debe ocurrir. Vale que se hayan establecido una serie de premisas con aquéllos que se han acogido a la Amnistía Fiscal y han traído de vuelta el dinero ingresado en cuentas fuera de España. Pero Señor Montoro, por favor, haga que se investigue a todos aquéllos políticos que se han amparado en ella. Averigüe de qué modo, cómo y cuándo consiguieron esos ahorros. Porque si no, se reirán doblemente de nosotros. Cuando lo robaron y cuando lo legalizaron. Y seremos todos cómplices indirectos.
No se puede consentir que políticos que nos representan, tengan el apellido que tengan y pertenezcan a familias honorables de la política a las que pertenezcan, tengan un cargo de representación ciudadana y que paseen por delante de nuestras narices el dinero que se llevaron. Un político no debe tener dinero en B. En realidad nadie, pero un político menos.
Aznar cobra cerca de 200.000 euros por ser asesor externo de Endesa
El segundo escenario en el que el ministro de Hacienda no debería dejar impune un minuto más, a pesar de que ya se ha votado en el Congreso, es el sistema de las Pensiones Vitalicias. Sólo hay que ver una serie de datos, quizá los más significativos, porque existen otros: Felipe González cobra alrededor de 130.000 euros anuales por ser consejero de Gas Natural. José María Aznar aproximadamente 200.000 euros por ser asesor externo de Endesa. Son excelentes sueldos, que por supuesto de no haber sido presidentes del Gobierno, pues habría que ver si lo hubieran conseguido o no. Claro está, que el paso por la presidencia del Ejecutivo te abre todas las puertas, portones y portales para conseguir estos salarios. Pero lo trágico no es lo bien colocados que salen con estos buenos sueldos y buenos cargos por su papel en el pasado. Pues no, por si fuera poco, además cobran una Pensión Vitalicia de 80.000 euros cada uno. No sólo no han renunciado a ella, no. Es que además sus respectivos partidos han votado en contra de su supresión.
Señor Montoro, por favor. Si nuestros expresidentes no se jubilan de verdad ni de la actividad pública ni de la privada ni de ambas, por favor, impida que se les otorgue esta renta, porque bastante pensión han recibido ya con los cargos y sueldos que se les otorga por ser quienes son, o por ser quienes fueron. Si no, nos veremos obligados a votar a presidentes octogenarios, por aquello de no pagar tantas pensiones vitalicias, no vaya a ser que con su manutención (innecesaria) se agote antes aún el sistema de la Seguridad Social y nos ahogue a los mismos, a los que no tenemos tantos privilegios.
Patricia Vico – en Twitter @pativico– Estrella Digital
Patricia Vico