O sea, que un juez como el tal Garzón se puede ir de la judicatura a la política y volver a la judicatura sin solución de continuidad y nadie se escandaliza. Claro, es un juez progresista
O sea, que otro juez como José Antonio Alonso se puede ir de la judicatura a la política y volver a la judicatura sin solución de continuidad y nadie dice nada. Claro, como es un juez de izquierda.
Pero, ay amigo, como a una política de nombre Esperanza Aguirre se le ocurra dejar la política e irse a trabajar a una empresa privada, eso es un escándalo. Claro, como es una política de derecha. Y a la derecha, en este país, hay que negárselo todo. A la derecha nacional me refiero. Porque a la derecha separatista periférica, en cambio, hay que permitírselo todo. Así es esto y así nos va.
Lógicamente, una cosa es lo que piensa esa progresía caduca que aún se cree con el derecho de conceder carnet de demócrata y otra la España real. La sensata. La que no es sectaria. Y a la España real, lo que ha decidido hacer Esperanza Aguirre le parece que es un ejemplo.
¿Qué problema hay en que un político empiece a trabajar en la empresa privada?
¿Qué problema hay en que un político empiece a trabajar en la empresa privada? El 80% de nuestros políticos no sabe lo que es pagar una nómina o recibirla porque en su vida han tenido que hacerlo ya que siempre han vivido del dinero público. Y bueno es que lo prueben y sepan que no es nada fácil hacerlo.
¿Qué de malo hay en compatibilizar el trabajo en una empresa privada con la Presidencia de un Partido Político? ¿Hay alguna norma que lo impida? ¿En qué quedamos? ¿No estamos hartos de políticos profesionales? ¿No estamos hartos de pedir que la profesión de político tendría que ser temporal?
Pero hay más, me parece mal que, de entrada, haya fariseos que condenen a los políticos porque sí. Y es que, porque haya políticos corruptos y capaces de realizar malas prácticas, creen que todo el monte es orégano. Y no todos los políticos son corruptos. En su apresurado juicio, además, caen de lleno en una fragrante falta de respeto al sagrado derecho de la presunción de inocencia.
No es delito trabajar por cuenta ajena en el sector privado ni la señora Aguirre ha violado ningún régimen de incompatibilidades
No es delito trabajar por cuenta ajena en el sector privado ni la señora Aguirre ha violado ningún régimen de incompatibilidades de los presidentes autonómicos. Lo han hecho muchos. Incluso, presidentes del Gobierno de España. El problema surge cuando la persona que lo hace se llama Esperanza Aguirre.
El problema está en que, una vez más, esta mujer ha pillado a la progresía y a la izquierda en general con el pie cambiado. La reacción del Partido Socialista de Madrid-PSOE en palabras de Amparo Valcarce ha sido tan patética que prefiero pasar de largo para que la mujer no sufra al recordarlas.
En fin, otra vez la ley del embudo de la progresía española. Tan lejos de la realidad. Tan cerca del sectarismo. Si estará capada intelectualmente que ni siquiera piensa en aquel refrán castellano que decía: ‘A enemigo que huye, puente de plata’. Ni siquiera eso.
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La sonrisa de la avispa