martes, octubre 15, 2024
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Sra. Cospedal, por la boca muere el pez

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11 de febrero de 2013:

María Dolores de Cospedal: «Un político, cuando tiene conocimiento de un delito, tiene que ponerlo en conocimiento de la Justicia y la Policía para que lo investiguen». Así se pronunció la secretaria general del PP y presidenta de Castilla La Mancha sobre el espionaje realizado a Alicia Sánchez-Camacho.

3 de febrero de 2009:

María Dolores de Cospedal cierra la investigación interna del PP para esclarecer los seguimientos por parte de la Comunidad de Madrid a Manuel Cobo, Alfredo Prada y Álvaro Lapuerta. No sacó ninguna conclusión en dicha investigación, pero exigió a Cobo y Prada que no denunciaran y se mantuvieran al margen del caso. Manuel Cobo obedeció y retiró el recurso interpuesto en los juzgados de Plaza de Castilla tan sólo cuatro días después de presentarlo.

Así es ella.

Hay cuatro años de diferencia entre ambos casos más un agravante: el origen de los fondos con los que se pagaron los seguimientos. Por el momento las informaciones apuntan a que el seguimiento a Sánchez-Camacho pudo encargarlo el PSC, y por tanto pagarlo con dinero privado. Sin embargo, cada vez parece más claro que el espionaje al entonces vicepresidente de la Comunidad de Madrid, alcalde de Madrid, al vicealcalde y al tesorero del Partido Popular se financió con fondos públicos. Mientras el abogado defensor de los exguardias civiles que presuntamente llevaron a cabo ese espionaje pide a la juez que se inhiba a favor del Supremo para poder imputar a Francisco Granados, Cospedal archivó la causa. Y entre la actuación del uno y la actuación de la otra parece que no dista mucha diferencia. Mientras el letrado Ramón González Bosch acusa al senador del PP de malversación de caudales por conocer los espionajes y no evitar que se cometiera el delito, la secretaria general del PP cerró la causa aun sabiendo que supuestamente el PP de Madrid pudo malversar fondos e incluso pidió a las víctimas que no acudieran a la Justicia.

Doble rasero. Empuja Sánchez-Camacho a denunciar, cuando aparcó la iniciativa de Manuel Cobo para esclarecer quién le siguió. Parece claro que hace cuatro años ya aplicaba entre los dirigentes de su partido su consejo: «que cada palo aguante su vela». Y los espiados, además de aguantar intromisiones en su vida personal y profesional, tuvieron que aguantarse con ella.

Así es ella. La secretaria general del PP que pide explicaciones por espionajes al secretario general del PSOE. Así es ella. La que no las da cuando parece que es su partido quién espía.

Editorial Estrella

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