Alfredo Pérez Rubalcaba no termina de hacerse con el PSOE. Bien es verdad que su antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero, no se lo ha dejado fácil, pero aún así el actual líder del PSOE no termina de saber embridar su partido.
Rubalcaba cuando ejercía de «segundo» sus adversarios le temían
Acaso hay políticos que son estupendos segundos pero que les falta un no se qué para ser primeros. Rubalcaba cuando ejercía de «segundo» sus adversarios le temían, veían en él el perejil de todas las salsas y el estratega con respuestas para todo.
En los últimos meses, Pérez Rubalcaba intenta que sus compañeros del PSC no hagan de su capo un sayo, al mismo tiempo que busca, e improvisa, fórmulas para que los nacionalistas catalanes no rompan las reglas del juego tal y como vienen amenazando. Es decir, Rubalcaba ejercita la política del «apaciguamiento» que ya se sabe que no suele dar buenos resultados, pero él lo intenta.
Pero las relaciones del PSC con el PSOE están llegando a un punto en el que Pérez Rubalcaba no va a tener más remedio que tomar una decisión si no quiere parecer un líder demasiado débil, un líder que en realidad no manda y al que sus compañeros no respetan todo lo que deberían respetarle.
A lo mejor ha llegado la hora del divorcio si es que el PSC se empeña en continuar haciendo el juego a los independentistas, si eso supone, además, que el PSOE no pueda defender un modelo de Estado integrador y tenga que inventarse fórmulas para ver si contenta a unos y a otros.
Hay dirigentes socialistas que han apuntado esa posibilidad, pero a lo que parece a Pérez Rubalcaba le da vértigo tomar esa decisión. Creo que se equivoca. En ese divorcio, el gran perdedor sería el PSC no el PSOE. Es más puede que el PSOE aumentara sus votos en Cataluña si por fin se presenta con un discurso claro y sin complejos.
A los líderes del PSC se les olvida que muchos de sus votantes en Cataluña votan al PSOE
Desde luego, al PSC le vendría bien confrontar en las urnas que fuerza tiene si no cuenta con el colchón del PSOE. Porque a los líderes del PSC se les olvida que muchos de sus votantes en Cataluña votan al PSOE y es a los líderes del PSOE a los que dan sus votos. En realidad, el PSC está lastrando al PSOE porque no permite a este partido defender un modelo de Estado y tener un discurso igual en toda España.
Es más, estoy convencida de que el PSOE puede vivir estupendamente sin el PSC, pero puede que el PSC pasará un largo periodo de penurias si deja de contar con el apoyo del PSOE.
Lo que no es de recibo es que Pere Navarro continúe poniendo en solfa a Pérez Rubalcaba. En todo este asunto la única persona que está sabiendo estar en su sitio y actuar con inteligencia es Carmen Chacón. La exministra ha tenido un comportamiento ejemplar y valiente negándose a votar con sus compañeros del PSC la celebración de un referéndum en Cataluña. Chacón ha resumido muy bien su oposición: siempre que ha votado algo en contra de sus convicciones se ha equivocado. Y la convicción de Carmen Chacón es que Cataluña debe de continuar unida al resto de España.
En este asunto, Carmen Chacón le ha ganado por la mano al viejo veterano político que es Pérez Rubalcaba. Mientras el secretario general del PSOE continúa bailando entre dos aguas, Chacón ha dado un paso adelante dando muestras de que tiene reaños para decir «no». Si Rubalcaba quiere ganar en el futuro tendrá que empezar a sentar las bases en el presente y, hoy por hoy, su mayor desafío es el PSC. A veces es mejor divorciarse que pelearse y hacer el ridículo.
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Julia Navarro