Hoy es un día para el recuerdo. Para tener memoria. Hoy es uno de esos días en los que es bueno tener el pasado presente. Por un lado, porque hoy se cumplen nueve años del mayor atentado que sufrió Europa en carne de España. Y, por otro, porque el PSOE ha llevado a cabo una operación política, en Ponferrada, que huele a enjuague y te remite, directamente, a aquella otra en Benidorm hace 4 años.
Hoy, hay que recordar aquel brutal atentado, en el que perduran mil y una dudas, para intentar mantener viva la Memoria y la Dignidad de la víctimas, ya que sólo les queda eso. Solo eso. Porque ya es imposible aspirar a que se les haga Justicia, aunque me digan por activa y por pasiva que se hizo Justicia.
No se hizo Justicia. Se cerró el caso en forma de sentencia pero no se hizo Justicia
No se hizo Justicia. Se cerró el caso en forma de sentencia pero no se hizo Justicia porque no se esclarecieron todos los hechos y, como consecuencia, no se castigó a los culpables. La Justicia en España tiene esas cosas. No tiene prisas en algunos casos, para espera mover ficha en su momento político, y en otros, como el atentado del 11M, políticamente se tiene prisas para cerrar el sumario aunque la instrucción fuese deficiente o no se hubiese investigado todo lo que no hubiera sido preciso y necesario. En cualquier caso, yo sí me acuerdo de lo ocurrido el 11M de 2004 y yo si quiero, hoy, honrar la memoria de las víctimas.
Y sí, hoy, me acuerdo de lo que sucedió en Madrid hace nueve años, también me acuerdo de la Operación Pajín. O Pajín-Madre de Pajín en Benidorm, en 2009, cuando el PSOE negó validez a una moción de censura gracias a un tránsfuga y los implicados renunciaron a ser socialistas para después, tomado el poder, volver a ser socialistas y presentarse a las siguientes elecciones como miembros del PSOE. Igualito que lo que acaba de ocurrir en Ponferrada.
En aquel caso, como en este, el grupo municipal socialista presentó una moción de censura contra un alcalde del PP y la ganó, en ambos casos, por un solo voto. En el caso de Benidorm, el de un tránsfuga del PP. En el caso de Ponferrada, el de un ex militante del PP condenado por acoso sexual.
El PSOE también quiso imponer su disciplina de partido porque vulneraba el pacto antitransfuguismo que firmó con el PP
En 2009, el PSOE también quiso imponer su disciplina de partido porque vulneraba el pacto antitransfuguismo que firmó con el PP y, desde la dirección nacional del PSOE, se conminó a los socialistas de Benidorm a que renunciaran a la alcaldía o serían expulsados del partido.
No llegaron a ser expulsados, ellos decidieron renunciar al carné del PSOE para mantener el poder en el Ayuntamiento. Entonces, nos pareció una farsa. Un enjuague. Después lo fue, como se demostró en mayo de 2010 cuando los que se habían ido decidieron volver a PSOE. Y vaya si volvieron. Agustín Navarro, ganador de aquella moción de censura, concurrió a las municipales de 2011 como cabeza de lista del PSOE y actualmente ostenta el puesto de alcalde de Benidorm bajo las siglas del PSOE.
Como aquello les funcionó, ahora vuelve la burra al trigo en Ponferrada. En Ponferrada, el PSOE acepta el voto de un concejal condenado por acoso sexual, para más inri, en el día de la mujer trabajadora, y todo vuelve a empezar. Ferraz dice que eso no puede ser y el alcalde salido de la moción de censura dice que naranjas de la China. Y Samuel Folgueral, el beneficiado, dice que deja el PSOE antes de que lo echen. Y sus compañeros concejales, detrás. Caso cerrado. Y al año que viene, cuando todo haya pasado, otra vez de nuevo a la madre común, al PSOE. Es un fraude y es amoral pero es legal. Y, además, parece normal en un partido que se desmorona por todos lados y sólo vive de subterfugios y de vacíos legales, como en el caso del chalet de José Blanco.
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La sonrisa de la avispa