En su estrategia soberanista, CiU comparte un acuerdo de máximos con la independentista ERC, pero necesita ayuda financiera para la Generalitat, que depende del Gobierno del PP. Ambas cosas tienen difícil encaje simultáneo y terminarán por redefinir la posición de CiU, cuyo papel es clave en términos soberanistas.
En las elecciones catalanas de 2010, CiU no se presentó con un programa soberanista pero en las anticipadas de 2012, sí. El plan soberanista del nacionalista Artur Mas no obtuvo el resultado esperado en los comicios que el presidente de la Generalitat anticipó a noviembre del año pasado, se supone que aguardando un gran éxito.
Rajoy juega con mejor o peor financiación para Cataluña, a cambio de la postura de Mas, agobiado por el déficit
No fue así: CiU, con 50 escaños, perdió 12 respecto a los 62 de 2010. La gran triunfadora fue la independentista ERC de Oriol Junqueras, que se convirtió en la segunda fuerza de Cataluña con 21 diputados, 11 más. Mientras, el PSC de Pere Navarro cayó al tercer puesto con 20, el PP de Alicia Sánchez Camacho subió hasta 19 y Ciutadans, de la mano de Albert Rivera, triplicó resultados, con 9. Los restantes fueron para ICV-EUiA (13) y CUP (3).
¿Resultado? El soberanismo es mayoritario en Cataluña, si CiU mantiene su cambio de posición de 2012. Todo lo demás, siendo importante, es menos determinante para el vector final, ya que la correlación de fuerzas entre los partidos que apoyan la creación de otro Estado y los que no apenas se alteró respecto a los anteriores comicios.
El soberanismo depende de los 50 escaños de CiU para ser mayoritario en Cataluña, lo que explica la estrategia de Mariano Rajoy, que juega con mejor o peor financiación para Cataluña, a cambio de la postura de Artur Mas, agobiado por su nivel de déficit. Su encuentro medio a escondidas prueba que algo raro puede estar pasando. Si el ministro Luis de Guindos arranca un acuerdo más flexible para España en Bruselas, Rajoy tendría (casi) todo en su mano para atraer a Mas.
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José Luis Gómez