Pues sí, en España hay muchas personas que se alegran de la resolución del Tribunal Constitucional de Portugal anulando algunas de las medidas adoptadas por el gobierno que consistían en reducir aún más las retribuciones a funcionarios y pensionistas. Y es que el hecho de que alguien le plante cara a los señores de Bruselas supone un cierto alivio por más que tanto desde la UE como desde el propio gobierno portugués se hayan lanzado avisos inquietantes, dibujando un futuro aún más negro.
Lo cierto es que las medidas de austeridad que impone la señora Merkel vía Bruselas comienzan a resultar insoportables para los ciudadanos. Los países del sur de Europa se han empobrecido de manera alarmante y ahora mismo hay gente, mucha gente, que tanto en Grecia, como Portugal o España, pasan hambre. Sí, hambre, y miles de niños viviendo por debajo del umbral de la pobreza. Así están las cosas, de ahí que cada vez haya más ciudadanos desesperados y que cada día que pasa crezca un sentimiento anti Unión Europea que no anti Europa.
Yo no sé lo que pretenden los países del norte con Alemania a la cabeza, pero lo cierto es que en esos países la crisis no la han sufrido con la misma intensidad y por tanto no ha dejado en el camino a millones de personas que se han convertido en auténticos excluidos. Insisto en que la situación comienza a ser insoportable y que los políticos no pueden hacer como si no pasara nada o como si lo que pasa fuera una crisis pasajera y normal.
A estas alturas nadie se cree a Mariano Rajoy cuando asegura que en el 2014 empezaremos a salir de la crisis
A estas alturas nadie se cree a Mariano Rajoy cuando asegura que en el 2014 empezaremos a salir de la crisis. Ojalá tuviera razón, pero sencillamente las cifras y los augurios de las agencias de calificación, además de algunos organismos internacionales, auguran todo lo contrario.
Por eso me parece el colmo que desde sectores afines al gobierno Rajoy, amen de voces del propio PP, se critique con virulencia la resolución del Tribunal Constitucional del Portugal y que se acuse de frivolidad a quienes en nuestro país han aplaudido o por lo menos acogido con interés y simpatía esa resolución. De la misma manera que me parece inaceptable que desde la Unión Europea se amenace veladamente a Portugal con no darle ni un euro si no cumple con lo que le mandan y el primer ministro portugués se ponga a temblar.
Yo no sé a dónde quiere llevar el «gobierno» de la UE a los países del sur, solo sé lo que veo que no es otra cosa que los bancos se han salvado con dinero público, que cada día aumenta el paro, que el Estado del bienestar está sufriendo unos recortes de tal magnitud que va a quedar irreconocible, que miles de jóvenes emigran en busca de futuro, que millones de familias viven con lo justo y otras ni siquiera con eso. De ahí que cuando alguien le dice que no a Bruselas muchos sientan que no todo está perdido. Y es lo que ha hecho el Tribunal Constitucional de Portugal por más que les pese a los obedientes súbditos de los burócratas de Bruselas.
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Julia Navarro