Muchos años después de que Emilio Hellín asesinara a Yolanda, hoy se produce en Madrid una concentración exigiendo explicaciones por la trayectoria del asesino, protegido y colaborador de las fuerzas de seguridad del estado, superviviente a la última crisis franquista, la generacional, y beneficiario de una insólita capacidad de siniestra regeneración en su entorno natural: las cloacas del estado.
Se reúnen en la Puerta del Sol ciudadanos y colectivos sociales que no poseen más que su fuerza personal, su perseverancia en la búsqueda de justicia y una extraordinaria fuerza moral que mantiene viva la memoria de Yolanda, muerta brutalmente por los disparos del ultraderechista hace treinta y tres años. Una memoria activa, llena de contenido que se traduce en algo de mucha más trascendencia que el sencillo recuerdo de la persona ausente, convirtiéndose en una firme razón ética para el compromiso y la lucha por valores que son los mismos en los que ella creía y que la llevaron a su muerte.
‘Yolanda, la vida comienza en tus ideas’
Recuerdo otra manifestación tras su funeral en la Iglesia del Dulce Nombre de María, de Vallecas, en la que una espontánea y rudimentaria pancarta alzada por un grupo de estudiantes decía: ‘Yolanda, la vida comienza en tus ideas’. Pues bien, en estos días, tantos años después, aquella hermosa afirmación cobra toda su vigencia y la memoria de Yolanda se hace ideas, se hace valores, se hace razones que son mucho más que una bandera para otros muchos que encontramos, además, en la vitalidad de su recuerdo, una herramienta para cambiar las cosas, transformar la vida y construir una sociedad mejor.
Y todo eso pasa, sí o sí, por perseguir hasta en la más oscura de las cavernas, allá donde se esconda, al asesino, a sus cómplices constantes en el tiempo y a la red de intereses de las tramas negras que sigue activa en esta sociedad tantos años anestesiada y que ahora despierta, entre otras cosas, con su ejemplo, más vivo que nunca.
Hoy, en la Puerta del Sol, junto a la familia, los amigos y los compañeros de Yolanda, junto a todos los que allí se unan con ellos, estará más presente que nunca la ética que impulsa los grandes movimientos de la historia. Eso creo firmemente.
Rafa García-Rico – en Twitter @RafaGRico – Estrella Digital
Rafael García Rico