Allá por el mes de septiembre escribí una columna en este mismo hueco titulada ‘Olvido Hormigos y el sexting’. Ya sé que está feo autocitarse pero como tengo algunos lectores tan predispuestos siempre a la descalificación y, en aquel momento, también lo hicieron, traigo aquel artículo a colación sólo para darme un autohomenaje. Porque me lo merezco.
A Olvido Hormigos, la entonces concejala socialista de Los Yébenes, le gustaba el ‘sexting’
Decía yo, in illo tempore, que a Olvido Hormigos, la entonces concejala socialista de Los Yébenes, le gustaba el ‘sexting’, ese juego sexual que estaba y está tan de moda. Y que me parecía algo normal porque enviar fotos o vídeos eróticos propios por email tenía y tiene mucho morbo. Tanto morbo como peligro, por otra parte. Porque, en cuanto las fotos o los vídeos eróticos salen de tu móvil o de tu correo electrónico, ya no sabes que pueden hacer con ellos. Y aunque luego se diga que eran algo privado o que se ha violado tu intimidad e, incluso, que los jueces terminen castigando a quién los haya hecho público será insuficiente, porque el asunto ya se habrá disparado y en la red es algo imposible de sujetar.
Y eso fue lo que le pasó a la señora Hormigos. Con el agravante de que doña Olvido era concejala y eso llevaba implícito la condición de ejemplaridad. Y como no fue nada edificante, dije que debería dimitir pese al derrumbe de valores morales que hay en España. Pero, además, la señora Olvido Hormigos debería dimitir porque mintió. Y mintió por partida doble. Y eso, políticamente, ya era inaceptable.
Mintió cuando dijo que el vídeo de la masturbación era para su marido y resultó que el vídeo no era para su marido sino para un amigo íntimo con el que mantenía una relación intimísima.
Y mintió cuando dijo que quien había lanzado a las redes sociales su vídeo era el Alcalde de Los Yébenes
Y mintió, otra vez, cuando dijo que quien había lanzado a las redes sociales su vídeo era el Alcalde de Los Yébenes por motivos políticos y no fue así tampoco ya que lo hizo el que le hacía «guarreridas españolas», que diría Chiquito de la Calzada.
Lógicamente, una parte de mis lectores me puso a bajar de un burro porque la concejala era socialista y, ay amigo, en España la progresía es intocable. Menos mal que la prudencia del moderador no permitió que se publicasen todos los comentarios.
Dije entonces, también, que debería dimitir para que la contratasen en ‘Sálvame’. Y en eso me equivoqué. La fichó ‘Mira quién salta’. Aunque no descarto el tema.
Ahora ha salido desnuda en Interviú, explotando el morbo hasta los 12.000 euros. Y a mí me parece muy bien. Incluso, ha facilitado direcciones de internet donde se puede ver su famoso vídeo. Y a mí también me parece muy bien. Ya no es un cargo público.
Lo único que quiero al recordar los hechos es resarcirme de las barbaridades que los progres dicen sobre lo que escribo. Simplemente, eso. Es mi derecho.
Llevar razón es una satisfacción mínima que, hoy, se une a la gran satisfacción de contemplar el espléndido cuerpo de la ex concejala socialista de Los Yébenes.
Lo bueno es que ahora resulta que, según la señora Olvido de mis entretelas, fue el propio PSOE quien la obligó a dimitir. Sepulcros blanqueados de falso feminismo.
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La sonrisa de la avispa