viernes, octubre 4, 2024
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Ada y las mareas

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Nos vamos a hacer viejos esperando hacernos viejos. Van a retrasar la edad de jubilación porque están pensando en crear empleo para los jóvenes. Este es un gobierno lerdo, incapaz, inconsistente e inútil. Van al regate corto, a la medida inmediata que satisfaga el beneficio de hoy. Esta parodia de los mercados es el gobierno de la ignorancia, de la insensibilidad y la sinrazón.

Se convierten las instituciones en armas de destrucción masiva que persiguen al ciudadano para convertirlo en operario, empleado y desintegrarlo como sujeto de derechos. Este gobierno es una ETT, un jardín de piedra, un propósito de genuflexión ante el poder misterioso del dinero. Les sobran los hombres y las mujeres.

Ada Colau parte de la razón fundada en las ideas justas hacia la defensa de las políticas justas

Escucho a Ada Colau y pienso en la voz recia de una determinación. Defiende convicciones, valores, principios y pelea sobre la legalidad. Es decir, parte de la razón fundada en las ideas justas hacia la defensa de las políticas justas. Todo lo contrario de los que han renunciado a defender a las personas y se pasan el día enredando en sus asuntos particulares. Escucho a Ada Colau y me doy cuenta de lo que no es: no es esta gente que bien podría ser intercambiable. Siento lástima al mismo tiempo que me alegra saber que su voz no se puede envasar y que sus principios trascienden a su persona; así pues, dañarla ni le hace ni le hará ningún daño.

Todo lo contrario de lo que pasa un poco más acá donde los que no se hacen cruces andan con el carné de baile haciendo florituras y esgrima dialéctica con un lenguaje de cinco o seis palabras. Esta semana será la huelga de la educación, el domingo fue la marea blanca mientras la cosa común, o casa, qué más da ya, anda con la sociedad civil de cartulina y lápices Alpino a cuestas. La ‘nadicización’ que es algo igual a las burbujas del cava: que suben con fuerza y se desintegran con la misma rapidez. Lástima. Mareas blancas y mareas verdes, mareas negras, y los otros mareados sin ver por donde les vienen las mareas.

Me quedo con Ada, que es como quedarse con Colau, que es como quedarse con cualquier persona que se pone de pie y echa a andar, paso a paso. Sin nada que la detenga. Que es como hacer lo que hay que hacer, y además hacerlo bien.

Rafa García-Rico – en Twitter @RafaGRico – Estrella Digital

Rafael García Rico

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