Los últimos días han sido memorables por el desbordamiento del Gobierno y de Rajoy en todos los ámbitos y en todos los problemas y así se ha reflejado en sus declaraciones públicas galimatiáticas, cospedálicas, contradictorias y rocambolescas. Yo no quiero tener un Gobierno que da estos espectáculos y prefiero darle buenos consejos en vez de fangarme en la crítica facilona y estereotipada. Y otra cosa, para declaraciones como las de estos días, prefería uno que el Gobierno y su presidente siguieran con sus silencios. Se lo digo con todo el cariño.
La derecha española, al ser un conglomerado de tendencias muy distintas, de vez en cuando le busca estos disgustos a sus Gobiernos
Tampoco disfruto nada con esa ofensiva generalizada dentro de la propia derecha contra el Gobierno, su política e incluso contra la continuidad en el cargo de Mariano Rajoy. Sobre todo si la alternativa que nos ofrecen es Aznar o Aguirre. Seguro que solo es una crisis coyuntural, pero dolorosa… La derecha española, al ser un conglomerado de tendencias muy distintas, de vez en cuando le busca estos disgustos a sus Gobiernos. Peor para ellos sería que la derecha estuviera dividida en varios partidos, pues así no gobernaría nunca en España. Es verdad que las cosas se han puesto muy mal para el Gobierno, pero es que ya estaban muy mal para todos los españoles, quiero decir la inmensa mayoría, no para los millonarios o los cobradores de sobres o sobresueldos, por poner algunos ejemplos. Imaginen si el PSOE se encontrara en condiciones mínimamente normales. Podría provocar de inmediato la caída del régimen, a lo que aspiraban aquellos ilusos de la otra tarde junto al Congreso de los Diputados.
Pienso en Italia y no sé si sentir indiferencia, envidia o conmiseración. Así están las cosas y así las percibimos los que no nos casamos con nadie, pero con nadie. Lo malo es que allí está Berlusconi por culpa de Beppe Grillo. Si Alberto Garzón tuviera unos añitos más, a lo mejor nos daba una alegría. Todo lo demás que se nos ofrece, ay, o a nada conduce o permanece en el limbo de lo que podría ser, como es el caso del admirable movimiento 15M y sectores conexos. Vamos a ver si de aquí al verano podemos escribir algo diferente.
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Pedro Calvo Hernando