jueves, noviembre 28, 2024
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Primero de mayo

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Un primero de mayo que no es ni puente ni fiesta de los trabajadores. Un primero de mayo que es una oportunidad para plantarse ante la reacción y enfrentarse al neoliberalismo que representa con un evidente mal gusto, el partido de Mariano Rajoy, falsamente popular.

Mucha gente no sabe por qué hace las cosas. O por qué otros las hacen. El primero de mayo nunca fue una jornada de fiesta, y menos en la España que tuvo que vérselas con un siglo XX cargado de represión e injusticias. Nuestro primero de mayo, de sainete en el Bernabéu por un lado, por otro era una ocasión para rebelarse contra las injusticias del sistema y lanzar proclamas de libertad y solidaridad entre trabajadores.

Desde hace años, la campaña antisindical de los ‘populares’ ha hecho mella en la sociedad española y la torpeza de muchos de sus cuadros dirigentes junto a una falta de sensibilidad para entender las dificultades de muchos trabajadores para secundar las huelgas generales, condenadas al fracaso sistemáticamente como consecuencia de la realidad objetiva que precisamente se quiere combatir con ellas, ha distanciado a la principal herramienta en defensa de los intereses sociales de sus protagonistas principales.

Este primero de mayo, pues, no se trata tanto de homenajear a los que lucharon en el pasado, como hacían los presos políticos en la España franquista, como de asentar las luchas del presente, y las del futuro, en un mapa político que necesita con urgencia una amplia movilización que se oponga al retroceso que supone la eliminación consciente e interesada de las conquistas sociales obtenidas con tanta lucha y esfuerzo.

Es hora de seriedad y de confrontación. Seriedad en las formas y confrontación en los modelos. La izquierda sindical debe hacer prevalecer la estrategia de una alternativa que no caiga en las trampas de la búsqueda de un pacto social que es precisamente lo que se está destruyendo y que se ha revelado como una ingenuidad: cuando el neoliberalismo ha podido terminar con los derechos sociales lo ha hecho sin dudarlo ni un instante.

Frente a la estrategia de la ingenuidad, la resolución y la fortaleza de una respuesta política y sindical de izquierda. Eso es el primero de mayo.

Rafael García Rico

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