sábado, noviembre 23, 2024
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¿Injusticia trasversal?

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A la hora de escribir esta columnilla, deben andar las damas y los varones autonómicos del PP por los postres, el café y nada de puros -ni siquiera Rajoy- para dar ejemplo. El problema es si, al final, ha habido café para todos o unos se lo han tenido que beber más amargo que otros. Me refiero, claro, a ese extraño invento que hemos dado en llamar «déficit a la carta» y que es lo que pretendía explicar e imponer a los suyos el presidente del Gobierno. Y por una vez no se trata de defender intereses partidistas porque en la misma mesa se sientan juntos y hasta revueltos los que han cumplido con el objetivo impuesto y los que se han pasado uno, dos y hasta tres pueblos. Entre los últimos destacan tres autonomías «peperas»: Valencia, Baleares y Murcia que, naturalmente junto a Cataluña, han sobrepasado ampliamente los límites previstos.

¿Se pude denigrar sin más a los no cumplidores frente a los que con sacrificios sí lo han logrado? Pues no sería del todo justo aunque menos justo aun sería no reconocer y compensar de alguna forma a aquellos que desde el principio se han empeñado pese a las críticas de sus oposiciones en recortar y recortar hasta lograr al objetivo fijado. Imagino que a estas alturas todo cuanto digo habrá sido ya resuelto y, mal que bien, unos y otros habrán llegado al acuerdo que sea. Pero el problema no va a acabar aquí ni ahora.

El problema es si, al final, ha habido café para todos o unos se lo han tenido que beber más amargo que otros

La gente entiende que cada hijo es como es y que uno está dotado más para el estudio que para los deportes, el otro necesita tres horas para resolver un problema pero seduce incluso al antipático vecino del tercero, mientras la hija es capaz de pintar unos más que aceptables retratos al óleo llenos de profundidad. ¿Podemos pedir a estos tres hermanos que consigan las mismas y únicas metas? Ya sé que el ejemplo tiene trampa, pero también es tramposo, por definición, un estado federal o autonómico porque hay regiones más ricas que otras lo mismo que en la Unión Europea conviven Alemania, Chipre y el Reino Unido. Para hacer frente a esa trampa que es la desigualdad y que ahora se llama «asimetría», se inventaron sistemas correctores que tratan de hacer el papel de vasos comunicantes entre unos y otros. ¿Y no es esto una cierta «injusticia trasversal? Seguramente no.

Pero aquí hay varios factores que distorsionan esta visión idílica; en primer lugar que ahorrar es mucho más desagradable que gastar y exige pedir muchos sacrificios y ponerte en la picota de la opinión publica y de la oposición; en segundo lugar que hay elecciones autonómicas antes que generales y -nos guste o no- esos ajustes duros los van a pagar, los primeros, quienes primero se presenten al examen, es decir, los y las que vayan en las listas de cada autonomía; en tercer lugar el problema -siempre el problema- de Cataluña como ejemplo tal vez por su peso, por su presencia en los medios, por sus reclamaciones soberanistas o por Messi, da igual. Pero aunque el déficit se les haya disparado también a los valencianos, a los baleares y a los murcianos, lo que cuenta aquí sobre todo es Cataluña porque algunos de sus políticos nacionalistas juegan al eterno enfrentamiento y a la descalificación del contrario. Y cabrean, claro, cabrean en Andalucía o en Extremadura por unas cosas y en Madrid por otras.

Lo que resulta curioso es que a estas alturas no tengamos claro cuál es la verdadera situación en Cataluña; aquí cada cual te cuenta su película según le conviene y mientras para los nacionalistas su autonomía es la que más da al resto de España y la que menos recibe, para otros expertos esto no deja de ser una falacia y un dato en absoluto riguroso. Y esta discusión viene de antiguo y se dispara en momentos puntuales políticos o económicos.

En definitiva: aquí el ciudadano vive en una incertidumbre permanente porque las instituciones nacionales e internacionales, manejan cifras distintas y yo creo que nadie, a ciencia cierta, sabe nada de nada: ¿pues no viene la troika esa y descubre tras hábiles investigaciones que el crédito no fluye en España? Haber llamado por teléfono a cualquiera de nosotros y se hubieran evitado el viaje. En fin.

Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.

Andrés Aberasturi

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