Nunca antes había ocurrido. El chupinazo que declara abiertas las fiestas de San Fermín sufrió, ayer por primera vez en la historia, un retraso de algo más de un cuarto de hora. Militantes de la izquierda abertzale, con precisión milimétrica, colocaron en el sitio justo, con medidas justas, una gran ikurriña que tapaba la fachada principal del Ayuntamiento. Las banderas de España y Navarra quedaron tapadas por la precisa ikurriña lo que hizo imposible que a las doce del mediodía se lanzara en el tradicional chupinazo. La izquierda abertzale ya había anunciado que se iba a hacer notar con el argumento de su apoyo a los presos. En esta ocasión, una camiseta naranja era uno de los distintivos que todos los concejales de Bildu se pusieron para la ocasión. Estos concejales, aseguraron a sus compañeros de consistorio que no sabían nada de lo ocurrido. No lo sabían pero no lo desautorizaban. Quienes durante años y años han callado, comprendido, cuando no aplaudido y apoyado las atrocidades de ETA, necesitan hacerse notar.
Sortu necesita fotos y el PNV no quiere dejar completamente abandonado un posible nicho electoral
Desde que fueran legalizados, la izquierda abertzale hace balance y salvo el logro de ser la segunda fuerza en el Parlamento vasco -que no es poco- no han conseguido ninguno de sus objetivos. La democracia no ha logrado que ellos condenen a ETA y exijan su inmediata disolución, pero ellos están comprobando que la democracia no se ha conmovido porque ETA diga que deja de matar. Los presos siguen donde estaban, salvo los acogidos a la denominada Via Nanclares que están en la prisión de Álava.
Siguiendo la estela de Bolinaga, ahora reclaman la excarcelación de otros quince alegando motivos de salud, pero la citada estela se ha apagado. Saben bien que no habrá mas «bolinagas».
La denominada ponencia de Paz y Convivencia en donde pretendían imponer la tesis de que todos hemos sido culpables ha sufrido un serio varapalo con la retirada de la misma de los socialistas vascos, la no presencia del PP y UPyD y el perfectamente descriptible del PNV. Se ha reunido una sola vez y el siguiente encuentro ha quedado para septiembre. No está en la agenda socialista volver a la misma.
Los designados para no se sabe qué negociación con el Gobierno han desistido del objetivo y para suplir ese hueco tratan de internacionalizar la situación con reuniones, cumbres y mesas que se agotan en sí mismas. Ni una sola institución europea se ha dado por aludida y aunque hace unos días Sortu celebró la primera reunión oficial con el PNV que nadie especule con supuestos acuerdos entre ambas formaciones políticas porque no se van a producir. Sortu necesita fotos y el PNV no quiere dejar completamente abandonado un posible nicho electoral.
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Charo Zarzalejos