No creo que Duran haya lanzado una amenaza cuando advirtió al Presidente del Gobierno de la posibilidad de una declaración unilateral de independencia por parte del Parlamento catalán. No, no fue una amenaza. Fue más bien una llamada de socorro porque de ninguna manera, aunque a veces parezca lo contrario, está Unió por seguir los pasos a ciegas que está marcando ERC y acatando Artur Mas con el apoyo del partido de Duran.
Duran siempre ha sido un hombre pactista que vivió sus días de gloria cuando, junto con Convergencia, lideraba el catalanismo que con tanta habilidad supo administrar Jordi Pujol. Habilidad y acierto que le permitieron ser a CiU el partido central de Cataluña y el gran cooperador necesario para la conformación de la actual España democrática. Así había sido siempre hasta que Mas se vio abducido por la famosa manifestación del 11-S y emprendió la actual huida hacía adelante. Huida en la que él adelgazada y ERC engorda.
Duran quiere que Rajoy le ayude a salir de este berenjenal. No ha sido una amenaza, sino una llamada de socorro
Bien sabe Duran que ya no caben terceras vías y es obvio que la declaración de independencia de Cataluña solo puede ser unilateral porque ningún Estado, tampoco el español, negocia sobre su propia disgregación. La proclamación de independencia será unilateral, llenará ríos de tinta y luego quienes la apoyen no tendrán más remedio que preguntarse » y ahora ¿que?». Y no tendrán más remedio que interpelarse a sí mismos porque carecerá de consecuencias prácticas. Mas puede dar un paso y convocar la consulta, pero convocar no es celebrar y no la va a celebrar y si lo hace sabe de antemano que el Gobierno no tiene más respuesta que la Constitución.
Para Durán no están siendo tiempos fáciles, pero de la misma manera que ha coadyudado a los logros democráticos de España, ahora su partido es muleta importante en esa deriva independentista que él no apoya pero a la que, de momento, no se atreve o no quiere hacerle frente con todas las consecuencias.
Rajoy no va a dar una voz más alta que otra, pero que nadie dude de que si Mas se pasa de la raya, el Presidente aplicará la Constitución sin mover un músculo. Lo más llamativo y sorprendente de todo es que Artur Mas lo sabe mejor que nadie. Lo sabe tan bien que parece desearlo.
En este punto de la historia y siguiendo el discurso de Mas, el asunto catalán, o mejor dicho, la borrachera independentista ya no se cura con dinero y para el independentismo no hay terceras vías posibles. La única tercera vía posible , para el bien de Cataluña, es que CiU recapacitara de verdad; que hiciera memoria de su pasado mas reciente y diera los pasos suficientes para volver a ese catalanismo que tan buenos réditos dio a Cataluña y a España y volviera a ser el partido que nunca debió dejar de ser. Duran quiere que Rajoy le ayude a salir de este berenjenal. No ha sido una amenaza, sino una llamada de socorro, que es distinto.
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Charo Zarzalejos