Los mercados financieros suelen olfatear las crisis a tiempo y también las recuperaciones de la economía. La política y la banca también hablan el nuevo idioma de los mercados en España. «Les aseguro que España está ya saliendo de la crisis», dijo el presidente Mariano Rajoy ante los líderes iberoamericanos. «España está en un momento magnífico», destacó esta semana el banquero Emilio Botín, presidente del Santander. Tanto, que España dirá «definitivamente adiós» a la crisis en 2014, según el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Hablar de recuperación en un país con una tasa de paro superior al 25% suena cuando menos a sarcasmo, también a insulto a la inteligencia, pero de alguna manera hay que llamarle a las cosas. Tal vez lo más apropiado sería decir que España ha tocado fondo y empieza su nueva casa por el techo: el de la Bolsa. Lo más importante para los ciudadanos no es que suba la Bolsa sino que bajen los intereses de la deuda pública, ya que de ese modo el Estado liberará recursos para poder invertir y las empresas podrán financiarse algo mejor. Algunos termómetros de los intereses ya marcan la misma temperatura que antes de la crisis.
Hablar de recuperación en un país con una tasa de paro superior al 25% suena a insulto a la inteligencia
¿Se acaba ahí la incipiente recuperación española? No. La devaluación salarial traducida en competitividad permite que aumenten las exportaciones y que la balanza por cuenta corriente recupere la sonrisa. Dentro hay más problemas, porque el mercado interno no responde -hay poco dinero y bajo consumo-, lo que lastra de momento el crecimiento y, por tanto, la creación de empleo neto. Puede que empiecen a verse nichos de mejoría en el empleo en algún sector, si bien para que haya empleo neto habrá que aguardar la llegada de crecimientos del PIB superiores al 2%, como admite el propio ministro de Economía, Luis de Guindos.
Si Angela Merkel echa una mano y pone a andar su locomotora todo irá a mejor para los alemanes y para sus socios, entre ellos los españoles, cuyos dos grandes mercados son Francia y Alemania; es decir, el núcleo duro de la zona euro. A alta de eurobonos, al menos toca que avance la unión bancaria, de manera que vuelva el crédito, con balances más saneados en las entidades financieras. Y mejor que sea así, porque sin crédito no hay inversión, y sin inversión no hay empleo.
¿Acabarán entonces los ajustes y los recortes? ¿Dejarán de caer los salarios? No. Quedan ajustes pendientes porque los ingresos del Estado siguen siendo escasos, debido, sobre todo, a que las empresas apenas hacen ingresos al impuesto de Sociedades. Y, en cuanto a la devaluación salarial, ésta sigue su curso, porque ante la imposibilidad de devaluar la moneda para ganar en competitividad, la economía española tira de los salarios a la baja.
José Luis Gómez