Según el decir de Homero la lucidez era el atributo de los viejos. Tiene sentido: desengañados de la vida, recelosos del halago y colmados de vanidad, acostumbran a decir en voz alta lo que durante años habían ocultado. Pido perdón. Reconozco que en el eufemístico lenguaje actual debería hablar de «seniors». Nada de viejos.
La vejez lúcida, la sabiduría que dan los años, el bagaje que en otros tiempos fue respetado como fuente de experiencia y maestra de la vida, en nuestros días, tiene mala prensa. Sobre todo en el mundo de la publicidad, en la televisión y entre los periodistas. Pese a todo me atrevo a decir que hay palabras de «viejo» que merecen ser tenidas en cuenta.
Al añadir que no quiso ser un tapón en el relevo generacional es legítimo deducir que le estaba mandando un recado a Rubalcaba
Por ejemplo las de José Antonio Griñán, expresidente de Andalucía, que en su despedida definitiva ha dicho algo tan sensato como que: «los de mi generación hemos prestado un buen servicio a España y Andalucía, pero nuestro tiempo ha pasado». Si lo hubiera escrito en un libro de memorias tendría el mismo sentido pero no habría irrumpido en la crónica política del día. Cosa que sí ha sucedido visto que en la cúpula del PSOE se libra una sorda batalla por el liderazgo.
Griñán habló en Granada, en el congreso en el que Susana Díaz -designada heredera en el Palacio de San Telmo- ha sido entronizada como la jefa del socialismo andaluz. En su despedida Griñán no habló de los ERE, pero dijo que había «llegado al río y había cruzado el puente» y que «nada es tan difícil como saber cuando hay que abrir la puerta al relevo». Al añadir que no quiso ser un tapón en el relevo generacional es legítimo deducir que le estaba mandando un recado a Rubalcaba.
Un recado o un torpedo, visto que algunos de los candidatos a la sucesión -con o sin primarias- no se cortan diciéndole al veterano secretario general que ha llegado el tiempo del relevo. Cosa bien diferente es que Alfredo Pérez Rubalcaba se dé por aludido visto que las encuestas sobre las expectativas electorales legislativas dicen que el PP, aunque sigue siendo el partido con más votos, no revalidará la mayoría absoluta. En ese registro cifra Rubalcaba todas sus esperanzas.
Es más, creo que, llegado el caso, en él se atrincherará soñando con un Gobierno de coalición. Con Izquierda Unida, con CiU o con quien en ese momento sume en términos de mayorías parlamentarias. Puesto que para acceder a ese escenario necesitará seguir siendo secretario general del PSOE, tengo para mí que maniobrará para que ni el tiempo ni las primarias le alcancen. En política, el que resiste gana.
Fermín Bocos