Antes a los mentirosos les llamaban «pinochos». Ahora, políticos. Mienten más que hablan. Lo del dicho al hecho se queda en una minucia comparado con lo que pueden prometer, prometen y… no cumplen. Además, como se meten en todos los charcos, lo mismo se atreven a hablar de deporte que hasta de programas de televisión, pues las mentiras se multiplican.
El que se ha metido ahora en el berenjenal televisivo, o mejor dicho se metió hace pocos años, es el mismísimo Felipe González, que últimamente no le hace ascos a ninguna cámara. El otrora presidente del Gobierno afirmó con esa cara de no haber roto un plato que había un «veto» en TVE para que 'Cuéntame cómo pasó' no llegase a abordar su triunfo electoral.
Lo que podría haber tenido hasta su lógica, para que las nuevas generaciones no vieran esas chaquetas de pana y esas camisas con más cuadros que los manteles de Casa Paca que lucía el mozo por entonces, ha terminado convirtiéndose en una mentira más del hombre que nos iba a sacar de la OTAN.
Y no porque el presidente de la Corporación RTVE haya dicho en el Congreso que eso era mentira, porque «no ha habido la más mínima instrucción política en los guiones de Cuéntame» (de creer a este directivo sería como salir de Málaga para entrar en Malagón), sino porque la serie más longeva de la actualidad lo va a dejar patente esta misma temporada.
Y es una pena que así sea, y no por la citada pana sino porque de haber tenido razón habríamos tenido al menos la posibilidad de echarle a la propia TVE la culpa no sólo deso sino también del pestiñazo de temporada que se está marcando la serie este año, con guiones como el de la pasada semana, en el que parecía un «spin-off» con Carlitos como único protagonista.
La audiencia ya ha comenzado a darle la espalda, por primera vez en los últimos doce años ya no es líder en su día de emisión y las cifras de fieles cada vez son más bajas, y de seguir así, con Carlitos soñando con armas blancas, con mucho texto para la insoportable hija pequeña que se han buscado, y hasta con el patriarca poniéndole los cuernos a Merche, terminarán retirándole por completo su confianza.
¿Para qué cambiar las cosas cuando éstas funcionan? Esa pregunta tan popular en el mundillo televisivo es la que deberían hacerse los responsables de la productora Ganga, y no dedicarle ni un minuto más a si Felipe González va a salir o no o si TVE intenta implantarles algún tipo de censura. Eso o empezar a buscarle un final a una serie que desde un principio se dijo que iba a llegar hasta la muerte de Franco. A lo mejor es que se referían a otro «paquito», al chocolatero, que parece que no va a morir nunca.
La mosca