Curioso. Mientras Mediaset le comunica a la CNMV, como bien ha reflejado este periódico en una información, que va a implementar las medidas cautelares a nivel de control editorial, para tratar de evitar más multas por vulnerar el horario infantil, Belén Esteban se pasa todas ellas por donde le da la gana y vuelve a dar una lección de cómo ser ordinaria y no morir en el intento.
Por muy escritora que sea o por muy «princesa del pueblo» que se considere, la moza no tiene remedio. Su chabacanería no la curan ni 1.000 clases particulares de Josemi Rodríguez Sieiro. Ni las bellotas son tan bastas cuando ella entra en ebullición.
Basta que alguien la caliente un poco, como hizo Karmele Marchante al afirmar que no se quería hacer la manicura porque le huelen los pies (sí, ya lo sé, es como mezclar churras con merinas, o el jamón de pata negra con la mortadela de pavo), para que ella saque a relucir esa «clase» que tiene.
«¿Me has olido los pies? Porque yo sí tus pedos. Los pedos que te tiras todas las tardes ahí, que los huelo yo y mis compañeros. ¡So cerda! ¡Que sólo te tiras pedos!». Qué fina ella. Vamos, para alternar con la aristocracia y pasar desapercibida.
Ya más calmada, al menos supuestamente porque hubo una pausa publicitaria de por medio, la Esteban volvió a la carga aún más soez que antes indicándole a la Marchante que «no te digo lo que me huele porque es horario infantil».
Aunque no hacía falta ninguna aclaración más, porque todos la habían entendido, Belén se puso en pie y se levantó las mallas delante de Karmele y comenzó a darse palmaditas en el trasero mientras los presentes aplaudían como posesos y la jaleaban, al tiempo que Karmele le recordaba por el contrario que «lo que acabas de hacer delante de la cámara, que se te ha notado todo, por delante y por detrás, es de ser una ordinaria».
Parecía imposible nada más desagradable, pero otra contertulia, Gema López, se sumó a la fiesta indicándole a Marchante que «tú llamas ordinaria a Belén, pero tú nos enseñaste las tetas delante de toda España». Aquel topless de 'Campamento de verano' que, supongo que previa terapia, todos habíamos intentado olvidar, volvió a nuestra mente para darnos la tarde, la noche y hasta el mes.
Menos mal que no siguieron haciendo uso de las ordinarieces y todo terminó como suele terminar en ese programa, con las dos protagonistas metiéndose en el terreno más personal de su oponente, poniendo a parir a sus ex respectivos, y yéndose del plató una de ellas (en este caso la propia Esteban). Ya no se podía caer más bajo, así que para qué seguir. Esto mismo se le podría decir a la cadena en relación con este espacio.
La mosca