Bostezar. He de admitir que lo primero que hice al anunciar Sony la fecha en la que tendrá lugar su conferencia pre-E3 fue bostezar. Y no precisamente por el horario elegido, que también podría ser, visto que a los europeos nos tocará trasnochar una vez más para poder verla. No, en mi caso en concreto no fue por eso. Fue por puro instinto. Al pensar en las presentaciones hechas por la compañía en los últimos años se me viene a la mente la imagen de algún directivo de la empresa hablando y hablando y hablando y hablando como si de una junta de accionistas se tratase, y pantallas de cine detrás mostrando datos y slogans ante los que de vez en cuando los distintos fans invitados al acto por algún que otro concurso aplauden como locos, como si de una estrategia de la empresa para despertar a los que empezamos a descansar la vista se tratara.
La mala costumbre de bostezar en internet, dejando clara esta sórdida visión que se me viene a la cabeza de las conferencias de la compañía, me llevó a tropezarme con un comercial, o con unos de esos invitados especiales que acudirán a semejante acontecimiento para darle algo de vidilla al mismo. Éste, al parecer ofendido por lo alejada de la realidad de mi visión, empezó a explicarme cuán errado estaba y por qué. En esencia vino a defender que, durante el año pasado, aún supuestamente haciendo Sony un E3 malísimo y Microsoft todo lo contrario, el resultado eran 7 millones de consolas vendidas por parte de la primera y 4 por parte de la segunda. Que cómo iba a ser entonces tan malo el E3 de Sony (o tan bueno el de Microsoft) si una vez la gente hablaba, lo hacía para pronunciarse claramente a favor del producto de la empresa nipona: PlayStation 4.
Estupefacto ante semejante alegato, me imaginé que para la persona que se escondía detrás de aquellas líneas 'Avatar' debería de ser la mejor película de la historia por la recaudación obtenida, y 'Juego de Tronos' la mejor serie televisiva alumbrada por la HBO al ser la que mayor audiencia está teniendo en la cadena madre de 'Los Soprano' o 'The Wire'. Lo cierto es que los números son algo relativo que dice muy poco de lo ocurrido en Los Ángeles meses atrás. Al fin y al cabo nada nos garantiza que Sony no pudiera haber colocado 14 millones de unidades y no 7 de haber estado a la altura y hecho una presentación como Dios manda. O que Microsoft de no hacer lo propio no se hubiera quedado en 1 millón y no en los 4 obtenidos. Las cifras de ventas pueden ser buenas o malas dependiendo de quién las mire y de cómo las mire, pero las conferencias no.
Cuando uno carece de acciones de Sony no puede evitar sentir en estos casos que está jugando a la ruleta rusa. Si bien la desarrolladora cuenta con juegos y títulos de una calidad incuestionable, no parece saber aprovecharse de ellos. Lejos de someternos a una sucesión de anuncios y vídeo gameplays con los que dejarnos con la mandíbula desencajada, se nos somete a una charla con peor ritmo que el de las novelas de George R.R.Martin, en la que más vale cruzar los dedos para evitar que salgan a la palestra proyectos tan esperpénticos como 'Wonderbook', o para evitar volver a ver como se niega el rotundo fracaso de PlayStation Vita, a la que se trata inútilmente de resucitar con remasterizaciones, conversiones y otros refritos.
Pero ni los veinte minutos de retraso que vienen implícitos en toda invitación de Sony le hacen a uno desistir de la idea de no perderse por nada del mundo lo que Andrew House y Mark Cerny han preparado para la ocasión. La idea de presenciar el regreso de 'Kratos' a consolas una vez más, de contemplar como luce 'Uncharted' en la next gen, o de ver resucitar IPs como 'WipEout' o 'The Last Guardian', con algún que otro ridículo por los habituales fallos del directo (todo apunta a que esta vez lo protagonizará Project Morpheus con su propuesta de realidad virtual), es demasiado atractiva. 'God of War', 'LittleBigPlanet', 'Heavenly Sword', 'Gran Turismo', 'Project Beast', 'Guerrilla Games'… demasiados nombres y rumores como para que no se cumpla ninguno.
Habrá que estar atentos por tanto dentro de un mes, a las 3 de la madrugada del 10 de junio, al plan de futuro de Sony, que deberá poner toda la carne en el asador en el que presume ser el estreno de PlayStation 4 en la feria angelina. Preparar palomitas o tener una almohada a mano ya es cosa de cada uno.
David Arroyo