Me consta, porque lo he hablado en numerosas ocasiones con él, lo mucho que le duele a Julio Iglesias el escaso interés de sus compatriotas por su carrera discográfica. No porque piense que a los españoles no les gusta su forma de cantar, o porque no se vendan sus discos, que se venden a millones, o el tema de sus canciones sino porque durante sus visitas a España lo único que parece interesar a los periodistas, del cantante español más internacional de todos los tiempos, es si la relación con su hijo Enrique es tan mala como dicen, o si algún día les veremos juntos en un escenario.
Exagerado o no, lo cierto es que a Julio no se le da toda la importancia que debería dársele, no se le reconoce toda su valía, seguramente porque al no vivir en España sus triunfos, los premios que se le conceden en cualquier parte del planeta, no se aplauden con la misma pasión con la que acostumbramos a celebrar las victorias de la selección española de fútbol o las de Rafa Nadal.
Creo no equivocarme si digo que la razón principal de este distanciamiento -más mediático que otra cosa-, se debe a aspectos puntuales de su vida privada, o de la vida privada de sus vástagos. Convertidos en auténticos fenómenos mediáticos, solo por el hecho de ser hijos de Julio y de Isabel Preysler. Una mujer, que haga lo que haga siempre es noticia, incluso cuando no hace nada también lo es precisamente por eso, por estar recluida en su casa, dedicada al cuidado de su marido y de su prole.
Los aplausos del público son el oxigeno que necesita para respirar y vivir
Y sin embargo pocos artistas presumen tanto de su españoleidad allí por donde va. Y no porque lo necesite, o porque eso le aporte publicidad alguna, sino porque lleva a España metida en su corazón. Basta con oírle hablar de los temas que nos afectan -economía, política, paro, recortes sociales, etc-, para darse cuenta de que no pasa un solo día sin que lea cuanto de España se publica tanto en la prensa nacional como en la internacional. Pero no solo eso, pese a vivir en Miami o en Santo Domingo, Julio mantiene conversaciones al más alto nivel con empresarios, políticos de alto rango, banqueros, diplomáticos, lo que le permite tener una visión muy amplia de nuestros problemas, y de sus posibles soluciones.
De ahí que hayan sorprendido tanto sus declaraciones en Londres sobre la hipotética independencia de Cataluña, que descarta totalmente, o su posicionamiento a favor del federalismo en un futuro cercano. Declaraciones que hizo en una multitudinaria rueda de prensa momentos antes de recibir el Premio al artista latino con más éxitos de todos los tiempos, que le ha concedido Sony Music, su discográfica, no sólo por haber vendido más de trescientos millones de discos, o estar entre los 10 cantantes más prestigiosos de la histórica de la música, sino por estar activo a una edad en la que la mayoría de las estrellas solo piensan en una jubilación dorada. Una situación que Julio no contempla porque para él los aplausos del público son el oxigeno que necesita para respirar y vivir.
Rosa Villacastín