Permítanme comenzar este artículo con una afirmación, España es una gran nación en Europa, por sus raíces, su historia, su cultura, su peso económico, etc, etc.
Los avatares de la política española y europea, y dependiendo de quienes han gobernado a España en cada momento de los últimos tiempos, han hecho que el peso de España haya tenido picos o valles en la esfera política europea.
Puedo asegurarles desde mi experiencia como eurodiputado que cuando llegué al Parlamento Europeo la primera vez hace diez años, en el final de la era del presidente Aznar, España era en Europa cabeza de león, era una de las locomotoras del tren europeo, respetada y admirada, ejemplo para los demás estados de la Unión, las políticas del Partido Popular de Aznar, y las formas de negociar en los consejos europeos del expresidente español lograron grandes avances y grandes cantidades económicas de fondos europeos para los distintos sectores productivos de nuestro país.
Con el gobierno de Zapatero, España pasó en Europa de ser cabeza de león a cola de ratón
Con el gobierno del expresidente socialista Rodríguez Zapatero, España pasó en Europa de ser cabeza de león a cola de ratón, dejó de ser esa locomotora del tren europeo para convertirse en uno de los últimos vagones de cola en la Unión Europea.
Nuestros socios europeos observaban atónitos como toda la herencia española se echaba por la borda con la gestión económica socialista, y ahí están los datos, España estuvo a punto de ser rescatada y nuestra economía intervenida, la prima de riesgo se disparaba todas las semanas, eran incapaces los socialistas de amortizar deuda o parar el déficit y las inversiones extranjeras o huían de España o se negaban a invertir en nuestro país. En definitiva, en Europa nadie daba un céntimo de euro por la salvación económica de España.
Hoy esos mismos dirigentes europeos, que tienen memoria fotográfica y recuerdan como estaba antes de ayer España, son los que felicitan y ponen como ejemplo a las medidas tomadas por el gobierno del Partido Popular del presidente Rajoy.
Medidas duras y difíciles, especialmente para las familias españolas que se tuvieron que tomar para salvar a España del hundimiento donde las políticas progresistas, entre comillas, y de izquierdas le habían llevado a nuestro país.
Hoy a nadie en Europa se le pasa por la cabeza que España pueda ser rescatada, ni se habla de ello, hoy las agencias económicas de valoración económica califican a nuestra economía rozando el notable, cuando con los socialistas la calificaban como muy deficiente, y hasta el diario El País hace quince días editorializaba en sus páginas centrales al título de: «la recuperación está ahí. Los datos muestran un mayor crecimiento de la economía española».
Estas elecciones son cruciales para que defendamos a España desde Europa ante los ataques separatistas de los nacionalistas
Estas elecciones son cruciales para España porque vivimos momentos cruciales en nuestro país. Son cruciales para que España siga apuntalando en Europa esa recuperación económica que ha puesto en marcha el gobierno del Partido Popular del presidente Rajoy, y para que volvamos a ganar prestigio internacional y la posición preferente en la Unión Europea.
Y estas elecciones son cruciales también para que defendamos a España desde Europa ante los ataques separatistas de los nacionalistas.
Los nacionalismos secesionistas atacan la unidad de España en una carrera de relevos, el relevo fracasado del plan Ibarretxe lo ha recogido el nacionalismo catalán, y desde la derecha y la izquierda nacionalista catalana el objetivo es romper y destruir la unidad de España, los nacionalistas catalanes se han colocado en estos momentos en la vanguardia del proceso rupturista con propuestas fuera de la ley y de la Constitución española, pero desde la retaguardia de ese proceso rupturista aguardan los actuales nacionalistas vascos esperando acontecimientos de lo que ocurra en Cataluña para saltar a la vanguardia del proceso secesionista y rupturista.
Créanme que estas elecciones europeas son una buena oportunidad también para explicar que el discurso europeo de los nacionalistas en Cataluña y en el País Vasco es una estafa política a los ciudadanos de esas comunidades autónomas.
Porque hablar de que Euskadi o Cataluña serán estados independientes en la Unión Europea, es sacar a esas comunidades autónomas de la Unión Europa, es echar a Euskadi y Cataluña de la Unión.
Están en juego los intereses de nuestro país para las próximas generaciones
La ecuación es muy simple, y muy fácil, Euskadi y Cataluña forman parte de la Unión Europea porque España forma parte de la Unión Europea y es la Unión Europea, y en el caso hipotético que se desgajarán de España unilateralmente, estarían fuera de la Unión Europea inmediatamente.
Salir de la UE, significaría que desparezca el euro como moneda oficial del País Vasco y de Cataluña, que vivamos con fronteras y visados, que se pongan aranceles a nuestros productos comerciales, que desaparezcan los fondos de ayudas para nuestros sectores, que desaparezcan los erasmus para nuestros estudiantes, etc.
Datos avalados en activa y pasiva por los máximos representantes de las instituciones europeas desde el presidente de la Comisión, el señor Barroso, pasando por el presidente del Consejo, el señor Van Rompuy, todos los jefes de Estado de la Unión, y los propios tratados europeos, que dejan meridianamente claro que un territorio que se separase queda automáticamente e inmediatamente excluido de la Unión, mientras tanto ese nuevo estado debería solicitar su adhesión a la Unión Europea conforme a los términos del artículo 49 de los tratados que establece la necesaria unanimidad de todos los países para que ese nuevo estado ingrese en la Unión Europea, y por consiguiente ese nuevo estado tendría un régimen de terceros fuera de los tratados europeos y de la propia Unión Europea.
Por todo ello nos jugamos muchos los españoles el próximo domingo 25 de mayo. Están en juego los intereses de nuestro país para las próximas generaciones.
Carlos Iturgaiz