Cuatro hombres se van a disputar el liderazgo en el PSOE: Eduardo Madina, Pedro Sánchez, Juan Antonio Pérez Tapias y Alberto Sotillos. Carmen Chacón renunció al intento sin que haya explicado muy bien porqué más allá de su enfado por la manera de hacer las cosas de Alfredo Pérez Rubalcaba, y Susana Díaz ha optado, a mi juicio con acierto, por permanecer en Andalucía.
Y no, el PSOE no será lo mismo si resulta elegido uno u otro candidato. Y teniendo en cuenta que el PSOE es uno de los pilares del Estado, por lo menos de este Estado, es evidente que su devenir nos importa al resto de los ciudadanos, sean votantes socialistas o no lo sean.
Si nos ponemos a analizar detenidamente qué piensa cada candidato y cual es su programa la verdad es que nos encontramos con la primera sorpresa. Por ejemplo Eduardo Madina lleva ocho años en el Parlamento pero no se ha prodigado en intervenciones públicas ya que su papel como secretario general del grupo le ha llevado a hacer su trabajo entre bambalinas. De manera que tenemos una idea general de cómo piensa Madina, pero sin un exceso de detalles. Pero que no se le conozca a fondo de puertas afuera no significa que entre la militancia de su partido todos sepan dónde está Madina y lo que representa.
Pedro Sánchez lleva meses recorriéndose España de punta a punta hablando con los militantes de su partido, explicándoles casi uno por uno qué piensa, cual es su proyecto de país y de partido. Porque no hay que olvidar que Pedro Sánchez se estaba preparando para la batalla de las «primarias» cuando Madina logró que Pérez Rubalcaba cambiara lo previsto y convocara unas elecciones abiertas para elegir secretario general. A Pedro Sánchez le cogió con parte del trabajo hecho por que ya estaba inmerso en la campaña de las primarias.
He hablado con Pedro Sánchez en alguna ocasión y mi impresión es que es un político consciente de la necesidad de que se produzca un cambio no solo en su partido sino en el propio país porque es lo que demanda la sociedad. En cuanto a los cambios en el PSOE parece que su programa pasa por abrir la puerta a que los militantes de base tengan un protagonismo superior al que han tenido hasta el momento, es decir, se propone abrir las puertas de Ferraz y que la ejecutiva deje de ser un exclusivo sanedrín.
La oferta socialdemócrata se tiene que ajustar a la realidad social de la España de hoy
Sánchez es un político templado alejado de cualquier histrionismo y por tanto capaz de llevar a cabo cambios y reformas pero de manera tranquila y siempre desde la ley. No es «adanista», sino que es consciente de que el mundo y el PSOE existían antes de él y que se trata de poner en valor lo positivo y cambiar lo que no funciona, lo que ya no responde a las necesidades de la sociedad. Creo que es un socialdemócrata clásico que ya es mucho, pero consciente de que la oferta socialdemócrata se tiene que ajustar a la realidad social de la España de hoy. Me llama la atención de él su tranquilidad casi tanto como su seguridad en que es capaz de liderar al PSOE y un día presidir el Gobierno de España. Lo único que me chirría de su discurso es cuando se refiere a «los pueblos» de España, como si nuestro país más allá de su diversidad estuviera habitado por bosquimanos, navajos y esquimales.
Su programa económico pasa por el Estado del bienestar y por una reforma fiscal que no penalice a las clases medias, a los autónomos ni a los trabajadores. En cuanto a su programa político es bastante claro: todo lo que haya que cambiar se hará desde la Constitución y hay líneas rojas que no se pueden traspasar. La sanidad y la educación son dos pilares irrenunciables del Estado del bienestar.
Juan Antonio Pérez Tapias es un profesor de Filosofía, un pensador que propone que el PSOE gire a la izquierda para reencontrarse con el alma perdida en las últimas décadas. No lo va a tener fácil porque muchos de sus compañeros tienen miedo de que se instale en la utopía en vez de en la realidad, de manera que no cuenta con el aval de los «barones» aunque puede que muchos militantes le vean como el revulsivo necesario que necesita el PSOE para recuperar su alma de izquierdas. Además, ha dejado claro que solo aspira a ser secretario general, que en su caso no concurrirá a las primarias.
En cuanto a Alberto Sotillos es una incógnita al menos para la mayoría de los ciudadanos pero habida cuenta que quienes votan son los militantes del PSOE está por ver su arraigo dentro de la organización.
En la elección del secretario general del PSOE no solo se la juega este centenario partido sino que nos la jugamos todos.
Lo que sí debería de cambiar quien resulte elegido secretario general es la necesidad de presentar avales para poder intentar pujar por la secretaría general. Eso impide que muchos militantes desconocidos puedan decidirse a participar en la carrera. Parece que tanto Madina como Sánchez no tienen problemas para conseguir esos miles de avales que necesitan, pero no solo por eso, si no que también parece que los dos son quienes tienen más posibilidades de hacerse con el santo y seña del PSOE. Aún así recuerdo algo que he escuchado decir a muchos viejos militantes socialistas: en el PSOE se sabe como empiezan los congresos pero no como acaban. Y teniendo en cuenta que votarán todos los militantes todo puede pasar.
Faltan unos cuantos días antes de que los socialistas vayan a las urnas y si me apuran en la elección del secretario general del PSOE no solo se la juega este centenario partido sino que nos la jugamos todos. 197.468 militantes socialistas tienen la palabra de su elección va a depender parte del futuro inmediato de España.
Julia Navarro