¿Habrá un síndrome, venial, que describa la felicidad de un alcalde cuando tiene que redactar un bando para dirigirse a sus ciudadanos? Yo le prometo, señora alcaldesa de Madrid que mis hijos se duchan todos los días, (y que sin presumir tampoco), son niños lustrosos. No sé si con eso le vale porque parece que el jueves que viene quiere las aceras de Madrid llenas de querubines reipenados. Todo para «decorar» el paseo de la reina Leti que va a ser de memorable para arriba según Botella pero que también puede dejar a otros muchos madrileños en sus casas debido a que no es de asistencia obligatoria. Aunque lo parezca.
El principal problema es que Madrid carece de balcones porque los que quedan están en manos embargadas de aseguradoras, o de bancos que se hicieron con ellos por deudas. Los balcones primero mueren porque nadie se ocupa de los geranios, luego porque se llenan de gatos gordos y no ágiles, finalmente porque el dueño desaparece y el gato también.
En cambio todos los ojos están puestos en ella que saldrá vestida para la ocasión, mucho mas engalanada que el carruaje del Corpus.
Lo importante es el paseo de la reina Leti que será triunfal por La Gran Vía, casi su segunda boda y desplazando al «novio» que será el próximo rey de España. En cambio todos los ojos están puestos en ella que saldrá vestida para la ocasión, mucho mas engalanada que el carruaje del Corpus. Para «corpus» el suyo que podrá lucir de reina y presumir de ello. Y es ahí cuando aparece Ana Botella, Arturo Fernández, la patronal y doce o quince monaguillos dispuestos a colocarle bien el vestido a la reina Leti, como si hiciera falta, como si ellos sólo estuvieran para servir. Y a la reina Leti, que sabe llevar zapatos planos para presentar un Telediario, no le importará porque no todos los días se recorre en Rolls la misma calle que subió Eisenhower cuando vino por Madrid dispuesto a cerrar Chicote en persona.
La locura de la banderita será el jueves un escándalo que no consigue sacar ni la Selección de Del Bosque, (están mas para tiritas que para banderas y es una lástima). Igual nos estamos distrayendo del foco de la noticia que será la reina Leti y todos los «letianos» que va a conseguir cuando vaya por la Gran Vía hecha un pincel y restando la noticia al nuevo rey que será Felipe VI «el acompañante» hasta que termine el cortejo en el Palacio Real donde dan copetín. Sonarán armónicos los cascos de los caballos con los coraceros, sable en mano, harán un galope corto que es muy vistoso para que se les mueva el penacho del casco. Un sonido que llena de balcón a balcón, en el caso de que no todos estuvieran en manos de aseguradoras y agencias de viajes. Ahora, con las prisas, nos vamos a perder planos aéreos que tan útiles son.
Es su día el jueves, por ella me alegro, pero sostengo que mis niños relucen de jabón aunque no vayan a agitar la banderita, o sí, nunca se sabe.
Rafael Martínez Simancas