Primero fue Caritas con un informe en el que denunciaba el aumento de la pobreza infantil… en España. Niños que viven en condiciones de riesgo de exclusión y que van a quedar marcados de por vida porque nunca van a tener las mismas oportunidades que los demás. Ni en la educación ni en el empleo ni en nada. Ahora ha sido Unicef la que reitera lo mismo con datos extraídos no de fuentes oficiales, que prefieren no facilitarlos o no tenerlos, como si quisieran ocultarla, sino propios: dos millones de niños (el 27,5 por ciento) son pobres en España; la inversión en infancia -que nunca fue elevada- ha caído un 14,6 por ciento desde 2010 y España dedica sólo un 1,4 por ciento del PIB a infancia frente al 2,2 de Europa. En resumen, España es el segundo país de los 28 de la Unión Europea que menos reduce la pobreza infantil, solo superados por Grecia.
La salud social de un pueblo se mide por cómo trata a sus niños, a sus mayores y a los más vulnerables. Y en los tres apartados, España suspende sin paliativos
Hay algo más especialmente grave: ¿por qué no tienen los españoles los hijos que desean? La caída de la natalidad tiene causas claras y también consecuencias serias. Tener hijos hoy en España es un factor que favorece la pobreza y multiplica la desigualdad frente a los hogares donde no hay hijos. No es sólo ni sobre todo un problema de egoísmo, es un problema de falta de ayudas. Tal vez por eso, la natalidad sigue descendiendo y en 2023 tendremos un millón menos de niños que en 2014, lo que amenaza el sostenimiento del Estado del bienestar que todos parecemos querer conservar. Una infancia más pobre lleva a una sociedad más pobre y más desigual.
La pobreza infantil, toda la pobreza, decía Ángel Gabilondo en la presentación del Informe de Unicef, es la gran exclusión social, el gran enemigo y sólo se combate de verdad, con la justicia. La salud social de un pueblo se mide por cómo trata a sus niños, a sus mayores y a los más vulnerables. Y en los tres apartados, España suspende sin paliativos. ¿Y qué hacen nuestros políticos? El Gobierno no sólo no ofrece datos sino que dice que niega los de las ONGs, sin rebatir esas cifras de la vergüenza. En el PSOE andan preocupados por elegir líderes de marketing -sin debate de ideas ni de programas ni de modelo de país- y en sus palabras hay espacio para marcar la ideología, -la República, el enfrentamiento con la Iglesia, la eugenesia-, pero ni una sola para hablar de problemas de verdad como el empleo, la infancia en riesgo de exclusión, las políticas sociales. Y en Izquierda Unida, otro tanto porque la única salida que ven es cortejar a Podemos, sin darse cuenta de que, como ha sucedido en Cataluña con CiU y ERC, si los votantes de izquierdas quieren izquierda radical, votarán a quien lo es y no a quien quiere parecerlo. Hace tanta falta un Pacto por la Infancia como un pacto por el sentido común, que, ya lo saben, es el menos común de los sentidos.
Francisco Muro de Iscar