El Presidente de la patronal ha hecho unas declaraciones realmente ofensivas para muchas de las personas que se apuntan al paro, especialmente mujeres. Según Juan Rosell las cifras de desempleados son más altas de lo debido porque muchas «amas de casa» se han apuntado al paro.
Seguramente el señor Rosell desconoce como se vive en una casa donde todos sus miembros no tienen trabajo. Tampoco debe de saber lo que significa cobrar un subsidio que no te da ni para comer y por tanto para pagar la luz, la calefacción o el transporte escolar. En realidad el señor Rosell, al igual que les sucede a muchos dirigentes políticos, habla de estadísticas pero no de personas, porque si hablara de personas no diría algunas de las cosas que dice. Saben, a veces sueño con el siguiente experimento: que uno de estos prohombres se despertara en una casa situada en un barrio popular, y que dijeran que con cuatrocientos euros de subsidio tiene que vivir y mantener a su familia. Imaginen al señor Rosell o pongan cara a algunos políticos, devanándose los sesos para ver si paga la luz o en vez de eso gasta el dinero en comida. Naturalmente nada de sacar el coche porque la gasolina está carísima, y ni soñar con pagar clases extraescolares a los hijos, y si hay un enfermo en la familia recontar el dinero para ver si se pueden comprar medicinas.
Al señor Rosell como a tantos otros les vendría muy bien una pasada por la realidad, es decir vivir durante unos días como viven, o mejor dicho como malviven miles de familias.
En fin al señor Rosell como a tantos otros les vendría muy bien una pasada por la realidad, es decir vivir durante unos días como viven, o mejor dicho como malviven miles de familias. Un mes sería suficiente para que comprobaran lo que supone vivir con un sueldo de mileurista los que tienen suerte y con un subsidio los que tienen menos suerte y con nada los que pierden el subsidio. Sería una magnífica escuela de aprendizaje. Seguramente después de vivir una temporada como la gente real el señor Rosell no se volvería a referir a las estadísticas para señalar que hay amas de casa que se apuntan al paro a ver si cobrar algún subsidio.
Seguramente el señor Rosell ha dicho lo que ha dicho sin ánimo de ofender pero lo cierto es que ha ofendido a todos aquellos que efectivamente no tienen más remedio que apuntarse al paro para ver si pueden llevar a casa unos cuantos euros con los que malvivir.
El presidente de la patronal ha metido la pata con sus palabras por más que los «pelotas» de turno quiten importancia a lo que ha dicho en vez de recordar lo evidente que no es otra cosa que detrás de los números fríos de las estadísticas hay personas de carne y hueso que batallan por sobrevivir aunque sea probando suerte en las oficinas de desempleo. Pero esa es una parte de la vida real que le es ajena al señor Rosell.
Julia Navarro