Por mucho ridículo que haya hecho, la chica se ha ganado la renovación en 'Hable con ellas'. No por su facilidad de palabra, ni por sus conocimientos, ni tan siquiera por ser la más simpática del plantel. Su fervor patriótico por Venezuela ha hecho que el programa lograra con la segunda visita consecutiva de Bertín Osborne los mejores registros de su historia. Objetivo cumplido.
Lo que cada vez tengo menos claro es que Beatriz Montáñez haya nacido en Almadén (Ciudad Real). Empiezo a dudar que su cuna no estuviera en Caracas, viendo cómo una vez más intentó defender el sistema democrático existente en Venezuela. A sus 37 años la presentadora tiene muy difícil ser elegida Miss en aquel país, por lo que no sé si querrá unas vacaciones vitalicias pagadas en el mismo o un cargo en la administración de Nicolás Maduro.
Después de hacer este lunes el paripé de darle 1.000 euros a Bertín, mientras le decía que «me has dejado sin vacaciones» (poca gracia les debió hacer a los que verdaderamente no las tendrán por no poder llegar ni a final de mes), la chica incluso se permitió indicarle que los podría donar a una ONG para la protección de la infancia en Venezuela. ¡Y dale con ese país!
El cantante, que, como decía Chenoa, «cuando tu vas, yo vengo de allí»…», le precisó que «como mandemos el dinero a Venezuela, no llega», reiterándole una vez más el grado de corrupición allí existente, por mucho que ella le hubiera insistido previamente en que «sí, quizás haya corrupción allí, pero en España también». La periodista comparó ambos países sin pudor, como si hubiera comparado la mortadela con un jamón «pata negra», el Real Madrid con el Moratalaz F.C., o a David Letterman con Jorge Javier Vázquez.
Bertín, siempre tan educado él, no le dijo simplemente que haría con el dinero lo que le diese la gana, que para eso era ya suyo, y por contra le dio a su interlocutora tres opciones para donarlo: Cáritas, los huérfanos de la Guardia Civil o las víctimas del terrorismo, dejándola, esta vez sí, sin habla.
La presentadora, para lamento de la producción del programa, que ya se frotaban las manos viendo la que se podía montar, debió pensar que mejor callar que volver a meterse en un berenjenal, y optó por dejar la respuesta en «stand by».
Más que consultarlo con la almohada, quizás esta semana se ponga en contacto con sus «amigos» Pablo Iglesias o Nicolás Maduro para que la asesoren al respecto. ¿Huérfanos? ¿Víctimas? ¿Campañas de Podemos? Quizás ya haya perdido la oportunidad, y Bertín ya haya decidido por ella. Pobre.
La mosca