Con permiso, y pidiendo perdón a quienes llevan unas semanas con el corazón encogido y los nervios a flor de piel: no me interesa nada el fútbol excepto en lo relacionado con los resultados. Pertenezco a la minoría que no está pendiente de la radio ni la televisión, pero que es capaz de cualquier cosa con tal de que gane la Roja.
Sin embargo, esta periodista indiferente a lo que ocurre por Brasil, reconoce que esta semana el Mundial ha sido lo único que ha interesado a este país que aguantó con estoicismo la derrota del primer partido y sigue el Mundial con pasión a pesar de la eliminatoria: no ha habido manera de encontrar un político, un empresario o un juez que hablara de lo suyo; sin esperar a ser preguntado daba opinión sobre el 7 a 1 y hacía cábalas sobre el futuro de Dilma Rousseff.
Incluso Rajoy habló más de fútbol que de política en los pasillos del Congreso, y eso que hubo polémica fuerte en torno al megadecreto. El gobierno falló en las formas, sin duda, siempre es mejor un proyecto de ley que un real decreto, aunque no es la primera vez que se presenta un real decreto al parlamento. Pero si hablamos de formas, las de Soraya Rodríguez dejaron mucho que desear en su enfrentamiento con la otra Soraya, la vice, a la que su hijo de dos años llama “bici” porque no sabe qué es eso de vice. Se echa ya de menos a Rubalcaba, que a pesar de que le hemos visto bronco en muchas ocasiones, no se dejaba llevar por la visceralidad.
Por cierto, independientemente de que las formas no han sido las más adecuadas parlamentaria y políticamente hablando, podríamos reflexionar sobre qué habría ocurrido si el gobierno se hubiera ido de vacaciones dejando pendiente el decreto que esperaban con impaciencia parados jóvenes, autónomos, pymes, los comercios y el sector turístico. Podemos apostar a que algunos habrían echado en cara al gobierno que dejaron los despachos sin encontrar la fórmula para sacar adelante un decreto que arregla un poco la vida a millones de españoles.
El fútbol ha provocado preámbulos entretenidos de conversación conprofesionales de la Justicia a los que se preguntaba por la sentencia sobre el acoso al Parlament. Esta periodista no ha encontrado un solo compañero del juez Sáez Valcárcel que comprenda su sentencia absolutoria, sino que se alinean con el voto particular de Grande Merlaska, como casi todo hijo de vecino aunque no haya pasado por ninguna facultad de Derecho. Un fiscal incluso iba más lejos, y apuntaba que algunas de las reflexiones del polémico ponente recordaban las declaraciones de Pablo Iglesias respecto a la escasa confianza que le provocan los medios privados de comunicación y su idea de que estén controlados por los poderes públicos.
En el PSOE no pintan bastos sino incertidumbre, aunque algo de bastos se ha visto con la historia de que Pedro Sánchez no es de fiar porque fue consejero de la Asamblea de Cajamadrid cuando era concejal madrileño. Hombre, de pedir explicaciones a alguien, habría que hacerlo al PSOE madrileño, que como el resto del PSOE, el PP , IU y los nacionalistas, bien que designaron consejeros de las Cajas cuando las Cajas estaban trufadas de políticos. En algunos casos, los políticos llegaron tan arriba a pesar de su nula experiencia, que se convirtieron en responsables directos de su ruina y posterior desaparición.
El domingo se sabrá quién es el candidato favorito de los militantes socialistas, pero hasta ese día aún pueden aparecer más puntos negros en la biografía de los contendientes. En público aparentan guante blanco, pero no se llevan tan bien como parece. En cuanto a los veteranos, los hombres y mujeres experimentados del partido, no dan crédito a lo que ven, con un Psoe en manos de jóvenes, eso sí, pero de escasa trayectoria.
Además de hablar de futbol, no pierden ocasión de expresar su preocupación por el futuro del PSOE. En algunos casos, angustia. Y no por cuestiones personales, mucho de ellos tienen la vida perfectamente resuelta sin necesidad de mendigar puestos en las listas.
Pilar Cernuda