A medida que los días acortan se va caldeando el ambiente político. Nos espera un otoño sin tregua. Cataluña, sin duda, va a ser el centro de la atención. La Diada que no va a ser tanto como algunos desearían; Pujol que ha iniciado una estrategia de defensa que puede no salirle mal, y las peculiares relaciones entre Convergencia y Unio son hechos que suscitan el máximo interés.
Sin embargo, los acontecimientos dignos de atención ni empiezan ni acaban en Cataluña. Habrá que estar atentos a los cambios que Pedro Sánchez introduce en un grupo parlamentario con el que no ha convivido especialmente. El dia 9, podemos dar por concluidos «los lances entre las sorayas» y habrá que ver que saca en claro de su anunciado encuentro con Mas. Su antecesor, Alfredo Perez Rubalcaba, salió convencido de que «no hay nada que hacer, entre otras cosas porque Mas no pretende reforma de la Constitución para ir a un modelo federal. Sus pretensiones son otras y no precisamente federales.
El llamamiento de Sosa Wagner, eurodiputado de UPyD para llegar a acuerdos con Ciudadans ha levantado ampollas en el partido de Rosa Diez. Las desmesuradas reacciones a su artículo nublan cualquier posible error a su posición. No acabo de entender tanta susceptibilidad por parte de UPyD que ya no es el partido luminoso que quiso ser. Sosa Wagner es de lo más serio que tienen y, en ningún caso, se merecía el trato que se le ha dado. UPyD, aunque ya tiene cierto recorrido, en el fondo tiene que decidir que quiere ser de mayor.
No estaría mal saber cuantos españoles se imaginan a Pablo Iglesias en La Moncloa
Podemos, con 36 votos de cada mil en las ultimas europeas, ha vuelto a todos tarumbos. Es como si un nuevo mundo hubiera surgido tras su resultado electoral y este, es sin duda, su mayor logro político. El tembleque que ha introducido en filas ajenas habrá que estudiarlo con detenimiento porque si bien y siempre lo he mantenido, no hay que infravalorar a ningún adversario político, no estaría mal saber cuantos españoles se imaginan a Pablo Iglesias en La Moncloa.
De este tembleque no se salva el PP. Sabe que en las municipales, en cierta medida se juega las generales que, con toda probabilidad, volverá a ganar pero con resultados que le van a alejar mucho de su actual posición parlamentaría. El impulso que pueda dar Pedro Sanchez a las maltrechas filas socialistas está por ver y de Izquierda Unida hay que estar a verlas venir y que recorrido tendrá la buena disposición a pactar con Podemos.
No habrá tregua para nadie en este Otoño en el que se inicia una larga campaña electoral. El tablero político se va a convertir en un auténtico ring que augura un próximo Congreso de Diputados con un nivel de fragmentación que resultará llamativo y, quien sabe, si inoperante y España, como cualquier democracia asentada, necesita sobre todo estabilidad y unas mínimas certezas y esto solo está en manos de Rajoy y Sánchez, el nuevo secretario general del PSOE, aun por descubrir.
Charo Zarzalejos