La mujer no quiso esconder sus ojos tras aquellos gafas de sol oscuras. Vestía de negro riguroso, pero no estaba de luto. Me di cuenta en cuanto se subió a mi taxi, que como yo, se encontraba libre. En ese momento deseé que la luz verde quisiera decir mucho más…
“Paseo de la Castellana, 212”, me dijo; aunque yo creí oír: “Llévame donde quieras; conduce, mi vida y hazme tuya; no dejes que me pierda” Sacó un pintalabios rojo pasión y se perfiló los labios poniendo morritos. Y yo, imaginando que ese círculo que formaban sus labios estaban hechos para mí, a mi medida…
Sacó su iPhone del bolso de firma y empezó a hablar con un hombre –o hacía que hablaba, eso nunca lo sabré–, utilizando tono de sensualidad y palabras de sexualidad. Y yo al volante, como una moto.
El retrovisor se convirtió en mi cómplice, mi compañero de viaje, que me ayudaba a no perder detalle de sus movimientos, de sus gestos, de sus muecas… ni de aquella blusa negra que cuando se incorporaba hacia delante, dejaba ver el encaje que acariciaba sus pechos…
Sus señales estaban claras como el día y yo tenía claro que esa noches iba ser mía. Bajé la bandera y ella me subió el mástil. En un oscuro callejón por Plaza Castilla hice la carrera de mi vida.
Así me relataba anoche un colega taxista cómo había sido su ultima conquista en lo que él llama ‘the love taxi’ y lo dice mientras tararea la sintonía de la serie ‘Vacaciones en el mar? El muy ca…paz dice que se ha dado un viaje con más de 100 mujeres –ya sospecho que también con algún hombre– en los 6 años que lleva al volante en Madrid. ¿Exagera? Yo creo que no.
Una encuesta de la APP para móvil Hailo asegura que el 48 por ciento de los españoles ha fantaseado alguna vez con tener un encuentro pasional en un taxi. ¡Y el 10 por ciento la ha cumplido! ¡Así cómo no va a estar mi colega taxista más caliente que el asfalto de Georgia!
Al fin y al cabo, según esa encuesta, el 30 por ciento de los encuestados (no especifican sexo) se ha sentido atraído por un taxista y un 12% ha tomado la iniciativa para seducirle. ¡Y eso que no visten con uniforme! Será la erótica del volante…
¿Y a mí que en este sector no me ha dado placer alguno? Bueno sí, después del sexo lo primero que me sale es “¿Te pido un taxi?”
El conde crápula