En 1989, la gran Lola Flores pedía una peseta a cada españolito para poder pagar a Hacienda, a la que había defraudado «a lo Messi». Un cuarto de siglo después, otra tonadillera, Isabel Pantoja, está pidiendo dinero a medio país para intentar pagar la fianza con la que se salvaría de entrar en prisión.
¿País de tonadilleras o de pedigüeños? El pasado viernes, el Tribunal Supremo rechazaba el recurso interpuesto por sus abogados y no paraba la cuenta atrás del reloj que puede terminar con la madre de Paquirrín (muchos la conocen por ese motivo) en la cárcel en menos de diez días.
Y es que, aunque parezca increíble, eso de «hay que ver el dinero que tendrá esa gente», cada vez que el populacho se refiere a un famoso, parece que es una mentira más grande que las que contaba Pinocho antes y cualquier político ahora.
Ese 1.147.148,96 euros que tiene que pagar para hacer las paces con la justicia parecen ser una cifra astronómica no sólo para cualquier mortal sino también para ella. Por ese motivo es por lo que su club de fans 'Asociación Cultural Buena Suerte' han facilitado un número de cuenta bancaria para que den «la cantidad que consideren oportuna» con la que recaudar ese montante, y por el que ella misma ha empezado a solicitar ayuda a amigos y hasta a enemigos.
De momento, tal y como se han vanagloriado de ello ya en antena, dos personas vinculadas a 'Sálvame', nada menos que su presentador, Jorge Javier Vázquez, y su gran estrella, la escritora Belén Esteban, dicen haber recibido la llamada suplicatoria, pidiéndoles dinero para intentar salvar los muebles.
El haber renovado contrato millonario con Mediaset recientemente, en el caso del presentador, y el hecho de que la diva no sólo sigan pagándola una millonada sino que, aunque sea un fenómeno más paranormal que los que trata Iker Jiménez, las ventas de su libro siga funcionando bien, parece que han podido ser las causas por las que la Pantoja pensase en ellos.
El primero no ha precisado si tenía intención o no de dejárselo. La segunda ya le ha dicho que «nones», que «Está claro que no tengo ese dinero y si lo tengo es para mi hija Andrea». Primero negar, por si acaso, y después echarle la «culpa» a otra. Lo normal en cualquier español que se precie de serlo.
Lo que no se sabe es si también se lo habrá pedido a sus hijos, el dj y la presentadora de TV (¿por que de eso viven, no?). Con un par de galitas de él y con otro contratito millonario que le firme Mediaset a ella (aunque eso incluya la presencia de la madre en una veintena de espacios), podrían servirla.
El caso es que de una forma u otra parece que los telemaratones navideños, esos especiales en los que todo el personal intenta sacar su vena caritativa y aporta dinero para cualquier causa noble, se han adelantado este año a octubre, aunque no haya «nobleza» por ninguna parte. Si no se saltó una peseta por la «Lola de España», nada hace pensar que ahora nadie vaya a poner un euro por alguien que, por muy bien que cante, no da ninguna pena.
La mosca