viernes, noviembre 22, 2024
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Sesenta euros

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Hay hasta quienes aplican redoble de tambores a la noticia: Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, se 'benefició', como asambleísta de Caja Madrid que era, de una bonificación del treinta por ciento de su hipoteca suscrita con esta entidad. Un descuento que le supuso una rebaja de sesenta euros mensuales –¡sesenta!– durante tres años. No ha faltado quien quiera equiparar el 'affaire Sánchez' con lo ocurrido con las tarjetas de los consejeros y altos cargos de esa Caja maldita. Y, desde luego, no es eso, no es eso. Me parece que no podemos matar las moscas de la corrupción disparando a cañonazos contra todo lo que se mueve, especialmente si está en otro bando. Lo dije cuando algunos/as dijeron demasías absurdas contra el líder de 'Podemos', Pablo Iglesias, provocando un efecto boomerang: la gente dejó de creer no solamente en esas patrañas fácilmente desmontables, sino también en otras críticas de fondo más fundadas contra esa formación.

España es país aficionado a los escándalos de sesenta euros, a tomar el rábano por las hojas, a linchar por lo pequeño y hacer la vista gorda en lo grande.

Pues ahora, lo mismo. España es país aficionado a los escándalos de sesenta euros, a tomar el rábano por las hojas, a linchar por lo pequeño y hacer la vista gorda en lo grande. No conozco bien a Pedro Sánchez, pero me parece que va a resultar difícil meterle en el mismo saco de las corruptelas, por decir lo menos, practicadas por otros. Poniendo la lupa acusadora en los sesenta euros de una bonificación legítima, quizá distorsionemos el microscopio que habría de investigar casos que sí tienen visos de corrupción por miles de euros, cuando no millones. Disparando, así porque sí, contra Sánchez, me parece que algunos están errando el tiro (si es que no están herrados, y perdón por el mal juego de palabras), y están devaluando, quizá a propósito, una opción política de futuro que a muchos les parece válida. No tenemos muchas. Y, a este paso, no va a haber quien se presente como representante de la ciudadanía si no es obligado por la Guardia Civil.

De momento, lo que sabemos del nuevo secretario general del PSOE es que ha llegado pretendiendo regenerar el partido, abrirlo algo más de lo que estaba a la sociedad -que no completamente–, moralizar las cosas practicando una declaración de bienes e intereses que en otros lugares no se difunde de una forma tan transparente. Creo que Sánchez  es un político que, una vez que asiente sus pasos demasiado precipitados, tiene ganas de serlo en el mejor sentido de la palabra y tiene hambre de futuro. Ha llegado en una época nueva, a un país que se quiere renovado, ansioso de limpiar los establos del pasado inmediato. Es uno de los mensajeros de lo que está por venir, sea ello lo que sea: no matemos también a este mensajero alegando una lucha contra la corrupción que nada tiene que ver con sesenta euros, 60, al mes en bonificaciones hipotecarias.

Fernando Jáuregui

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