domingo, noviembre 24, 2024
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A vueltas con Esperanza

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Es instintiva, resuelta, lo blanco lo puede convertir en negro y, además, se pone el mundo por montera. Dejo la Presidencia de la Comunidad sin previo aviso y dijo que se retiraba de la primera línea de la política y se ha quedado en la segunda. Ahí se mueve como pez en el agua. Dice y hace lo que quiere, sin abucheo alguno y pese a que Madrid ha sido la cuna de la corrupción, ella ha conseguido salir indemne, mientras que a otros de su partido, que tampoco han robado ni se han corrompido, les caen chuzos de punta. Así es Esperanza Aguirre, presidenta del PP de Madrid, acorralado –éste sí que está acorralado– por la corrupción.

En un reciente acto con María San Gil, la que fuera presidenta del PP vasco dijo que si en España gobernara una persona como Aguirre «otro gallo nos cantaría». No consta en ninguna crónica que Aguirre dijera, por ejemplo, que estamos gobernado por la persona adecuada. Cuando le han preguntado si Rajoy debería volver a ser candidato, ha respondido con un » vamos a ver que se plantea, no avancemos las cosas». Cariño, lo que se dice cariño no parece que le tenga mucho y Rajoy lo sabe.

Como sabe que buena parte de la dirección nacional de su Partido se tiene que morder la lengua para no decir en público lo que en privado piensan, como por ejemplo, «allí donde va se convierte en un acto antiRajoy y nunca, nunca jamás ha tenido una palabra de solidaridad. Cuando explicó que en la planta en la que dio la rueda de prensa no se habían efectuado obras y sí en las de arriba, es para decirle algo». Algunos han empezado a decirlo, pero en estas llega el Presidente del Gobierno y sin que nadie se lo preguntara mostró su apoyo a Esperanza Aguirre, haciendo así, lo que algunos echan en falta que algún día haga la propia Esperanza.

Da la impresión de que Rajoy ha querido cortar por lo sano algunas expresiones de descontento con Aguirre que ya habían comenzado a aflorar. 

Da la impresión de que Rajoy ha querido cortar por lo sano algunas expresiones de descontento con Aguirre que ya habían comenzado a aflorar. «No es el momento de andarnos con esas cosas» ha debido pensar el Presidente para pasmo de algunos cualificados dirigentes de Génova que con resignación dicen «Mariano es así». Y Aguirre no se va a ir, no va a dejar la presidencia del PP de Madrid y a medida que se acerquen las generales veremos más de un episodio que nos recordara a las vísperas del congreso de Valencia.

Con todo, cuando Aguirre en lugar de dar por absolutamente seguro que Rajoy será el cartel electoral, dice que ya veremos, está poniendo voz a algo que se susurra entre los populares que agobiados y desolados por los días amargos que vive el PP, que a día de hoy creen que «puede pasar cualquier cosa, incluso que Mariano de un paso a atrás».

Las aguas populares bajan aparentemente mansas, pero ya saben el refrán que dice «Dios me libre de las aguas mansas, que de las bravas me libro yo». Pues en esas se está en el PP, con aguas mansas que se pueden convertir en bravas si las elecciones municipales vienen mal dadas. En ese momento, Aguirre propiciará más de un titular y Rajoy entonces, a lo mejor, calla. Nos queda tanto por ver y por escuchar que hay que ir cogiendo sitio porque en el PP hay eso que los jóvenes denominan «movida» y que no se arregla con más leyes, aún cuando sean necesarias. La «movida» tiene más que ver con un cierto desgaste de materiales, con determinadas percepciones, con un estado de ánimo que pesa como el plomo y esto es posible que Rajoy no pueda arreglarlo, pero lo que es seguro es que Esperanza Aguirre, tampoco.

Charo Zarzalejos

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