Esta frase, «los ricos nos roban», forma parte del conjunto heterogéneo de ideas que Pablo Iglesias, el líder ya indiscutido de 'Podemos', desgrana en su último libro, 'Disputar la democracia'. Y tomo esta frase como ejemplo de lo que me parece, en síntesis, el pensamiento 'paulino', ya que no puedo hablar, por el momento, de una ideología de partido, quizá ni siquiera de grupo. Quiero decir, y de partida lo digo, que 'Podemos' es una síntesis, un conjunto de frases, muy en la línea de aquellas que nos entusiasmaron, «seamos realistas, pidamos lo imposible», cuando aquella revolución de mayo del 68 en la Sorbonne, frases que nos cautivaron, desde la distancia, a quienes llegábamos a la roma Universidad española de la época.
Pero claro: han pasado algo más de cuarenta años desde entonces. La revolución -del 68- francesa fue un acicate, un revulsivo, un motivo de reflexión. Pero no una propuesta de gobierno, ni de poder (como mucho, de contrapoder). Algo semejante a lo que, imagino, va a significar 'Podemos'. No acabo de verles en La Moncloa -ni siquiera estéticamente–, pero sí les veo encauzando, enorme servicio a la sociedad española, el descontento generalizado con la clase política, a la que ellos, con mayor o menor razón, llaman 'casta': yo, tras cuarenta años de mirón, viendo cómo se comportan, no me atrevo a tanto, aunque…
Me cuesta, por lo demás, entender el fulgurante éxito de 'Podemos' en las encuestas: gentes a las que clasificaría en la derecha pura y dura me dicen, en esas cenas desinhibidas en las todo puede decirse, que votarán a la formación de Pablo Iglesias, sabiendo ellos que yo sé que ellos saben que yo sé que jamás lo harán. Que no se fíe Pablo Iglesias del CIS, que tanto nos ha mentido, voluntaria o involuntariamente: ellos, los afectos a Podemos, no van a gobernar jamás, a menos que depuren mucho su mensaje, lo que es tarea creo que imposible. Pero influirán no poco para que otros afinen lo que dicen, corrijan sus omisiones, sus olvidos, superen sus corruptelas, nos hagan participar algo más en la cosa pública.
Los afectos a Podemos, no van a gobernar jamás, a menos que depuren mucho su mensaje
Lo voy a decir en corto y por derecho: que Mariano Rajoy pida 'disculpas' por los excesos de gentes del PP a la hora de trincar es, probablemente, mucho más mérito de Podemos, Ganemos y demás posibles opciones de bastón de mando en alcaldías remotas, que de la oposición 'oficial' y oficializada, es decir, del PSOE e, incluso, de Izquierda Unida. Yo, que probablemente jamás me sienta inclinado a votar a Podemos, les reconozco, al menos, este enorme mérito. Con lo cual habrán cumplido su papel. Lo demás, Dios nos coja confesados, no serán sino ansias de poltrona, de coche oficial preferiblemente con chófer, de despacho con ventanas a la calle y planta con derecho a que la secretaria la riegue cada día. Y eso sí que no: pues ¿no queremos que PP y PSOE renuncien a esas sinecuras?
Y eso es lo malo: que estamos instalados en lo simple
¿Se las vamos a dar a los 'nuevos', que llegan sin siquiera haber acumulado trienios de lucha, simplemente porque nos digan lo que a algunos les parece obvio, aunque sin matizarlo ni acotarlo, como eso de que 'los ricos nos roban'? Menuda simpleza. Y eso es lo malo: que estamos instalados en lo simple, que tantas veces tiene apariencia de ser la única verdad y que algunas veces lleva aparejado algo de verdad.
Fernando Jáuregui