viernes, noviembre 29, 2024
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Hay vida aparte de

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Pues no, no voy a escribir sobre la corrupción, ni sobre el CIS, ni sobre Podemos.  

Es de lo que más se habla, se discute, se debate y se analiza, son los asuntos que más preocupan a los españoles aparte del paro y el independentismo; pero al menos esta periodista tiene derecho al hartazgo después de tanto escribir, hablar, discutir, debatir y analizar sobre lo mismo. Hay vida aparte de todas esas cuestiones que aparentemente son las únicas que importan. Vaya si hay vida.

Este domingo es clave, con el famoso referéndum catalán que no es referéndum porque legal y constitucionalmente no puede serlo, y que tampoco es una consulta alternativa porque no está convocada oficialmente. Así que es una especie de “cosa” que no se sabe bien cómo llamarla porque se celebra sin un censo que no es censo, en colegios electorales que no con colegios electorales, interventores que dicen que lo son pero nadie comprueba que estén capacitados para serlo, y un recuento que no hay por qué tenerlo en consideración precisamente porque el censo es ficticio, igual que los colegios e interventores.  

Sería por tanto una broma de mal gusto si no fuera por la tensión que ha provocado entre los catalanes, la tensión entre el gobierno catalán y el español, la tensión incluso entre los socios del gobierno catalán. Y no puede ser una broma porque las consecuencias, sea cual sea el resultado de ese referéndum que no es, y de esa consulta que no es, son graves. Extremadamente graves. A ver qué hace Rajoy el día 10. Eso es lo que tiene a todos en un ay.

Guerra ha sido un activo fundamental de la Transición e incluso ahora que frecuentaba el segundo plano hacía consideraciones importantes a los mandamases de su partido

Gente destacada de su partido pretende la suspensión de la autonomía, lo que sería un error infinito, pero cuentan los que tienen el privilegio de hablar en profundidad con el presidente que ese escenario ni lo contempla. Y cuando Rajoy no quiere contemplar algo, no le dedica ni dos minutos de tiempo, como es público y notorio. Deja que los problemas, o los que provocan los problemas, se cuezan en su propia salsa a ver si así escampa. Es una fórmula que ha funcionado en ocasiones, pero en otras envenena situaciones que podrían haberse suavizado, e incluso solucionado, cogiendo el toro por los cuernos.

Alfonso Guerra anuncia que deja el escaño y la política activa. La otra no, la que uno lleva dentro. Guerra  será político hasta el día que se muera, aunque presuma de que no sigue el día a día de la actualidad a través de los medios de comunicación y que lo suyo son las lecturas con más enjundia. Ha sido un activo fundamental de la Transición e incluso ahora que frecuentaba el segundo plano hacía consideraciones importantes a los mandamases de su partido. Sin ir muy atrás en el tiempo, hay que recordar  cómo se empeñó, en tiempos del gobierno de Zapatero, en retocar, pulir y corregir el texto  del Estatuto catalán que aprobó el Parlament. Quienes estuvieron en la corrección  palabra por palabra, fueron Rubalcaba y  el fallecido Alfonso Perales; pero sin la insistencia de personas importantes del socialismo como Guerra, quizá Zapatero se habría visto menos inclinado a meter mano al Estatut que negoció con Mas a espaldas de Maragall.

Guerra es personaje complicado que provoca filias y fobias, que fue incondicional de Felipe González y las tuvo tiesas con Felipe González, las dos cosas, pero la historia reciente del Psoe, incluso de España, quedaría incompleta sin un capítulo dedicado a quien hoy anuncia que deja  su escaño. El único diputado que lo ha ocupado de forma ininterrumpida desde el 77, desde la legislatura constituyente.

No ha querido quedarse hasta el final de legislatura: en su partido mandan caras infinitamente más jóvenes y con mucha menos experiencia. Pero, ojo, que con el paso de las semanas Pedro Sánchez está creando un equipo de veteranos,  de la quinta de Guerra,  para colaborar en la buena marcha del partido. Sánchez y la mayoría de los miembros de su ejecutiva, por cierto,  no deben saber qué significa “quinta”.  

Pilar Cernuda

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