viernes, noviembre 29, 2024
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Un redil cercado de lobos

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Hace unos meses, Podemos no existía, y hoy ganaría las elecciones: tal es la desesperación de la gente. Es natural, pues, que se hable de la nueva formación política, pero no lo es tanto que su pasmosa emergencia se atribuya casi exclusivamente a la corrupción y al bandidaje, pues esa desesperación superlativa de los españoles no proviene sólo, aunque sí mucho, de la criminalidad de tantos actores del Régimen, sino también de la política «normal» del Gobierno del Partido Popular, que en tres años que parecen tres siglos les ha robado la alegría de vivir, la seguridad jurídica, los ahorros depositados en las Cajas bajo su control, la dignidad laboral, una porción de derechos civiles básicos, la tutela efectiva y diligente de la Justicia, la sanidad decente y universal, el alimento y el techo a tantos de ellos, y trozos sustanciales de Educación y Cultura entre tantas y tantas otras cosas.

O dicho de otro modo: no sólo se roba a lo bestia, como los de Caja Madrid/Bankia o como la banda de Granados, sino mediante el abuso del poder político en aras de una concepción reaccionaria, despiadada y brutal de la sociedad, de la vida, que es exactamente lo que ha hecho el Partido Popular en éstos pocos años eternos. El despojo es visible, como la Gran Muralla China desde el espacio, en cada rincón y en cada aspecto de la vida de España. Del erial en que la han convertido a base de desprecio, avilantez, exacciones, incompetencia, clasismo extremo y codicia surge Podemos, pero surge como podría haber surgido cualquier otra tabla que el instinto de supervivencia colectivo considerara, equivocadamente o no, de salvación.

El desamparo del rebaño es tan atroz en el redil cercado de lobos, que gracias hay que dar todavía porque la salida se presente pacífica, ordenada y democrática. El hambre, el miedo y la rabia podrían haber cursado de otra manera, lo que no hace sino acreditar una vez más que el Pueblo Español es un gigante al lado de su despreciable y enana clase política tradicional.

Rafael Torres

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