Mala suerte la del PP. Monta una convención para mayor honor y gloria de Rajoy, aunque la excusa es la presentación del programa electoral que ha coordinado González Pons –que no respirará hondo hasta que se conozca el nombre del candidato a la Generalitat de Valencia, no sea que le caiga esa cruz- y resulta que de lo que habla todo el mundo es de Pedro Sánchez y de que el fuego amigo le quiere hacer la cama.
No hay un solo invento periodístico en la infrahistoria que se vive estos días en el PSOE, la cosa está que arde. Hay personas en las que Sánchez ya no podrá seguir confiando como hasta ahora y otras que, aunque no están muy conformes con su forma de dirigir el partido, sin embargo le son leales y le dicen a la cara lo que piensan.
Sobre la dichosa cena de Pablo Iglesias y Errejón con Zapatero y Bono en casa de Bono, se han dado varias versiones: que Zapatero informó a Sánchez al día siguiente, que Sánchez ha telefoneado a Zapatero estos días al tener noticia de la cena, que el secretario general socialista fuma en pipa… Damos otra, y la fuente es muy buena.
No sé si Sánchez fuma o no en pipa, pero contento no está
La cena se celebró hace semanas, y ni Bono ni ZP informaron a Sánchez, que se enteró del encuentro porque se lo contó un periodista que tiene muy buena relación con el ex presidente. Sánchez no le creyó, porque no le parecía posible que no le hubieran informado de la reunión. Coincidió con ZP mucho después y, de broma, le comentó que le habían contado que él y Bono se habían visto con Iglesias y Errejón, y ante su estupor Zapatero le respondió que era cierto. No sé si Sánchez fuma o no en pipa, pero contento no está. Y es para no estarlo. Ese tipo de encuentros los debe conocer el secretario general del partido.
La movida en el PSOE es de órdago, y el final no está escrito. En este tipo de asuntos los gestos importan mucho y, por ejemplo, el apoyo público de Susana Díaz a Sánchez, llamándole además “mi” secretario general, ha suavizado la relación con Sánchez. Que nunca ha sido mala aunque en el círculo de la presidenta andaluza repiten que el apoyo que le dio en las primarias era para la secretaría general del partido, no para ser candidato a la presidencia del gobierno.
En ese mismo entorno afirman que Díaz no se postula para esa candidatura, que lo que quiere es ganar las elecciones en Andalucía –que no niegan que se adelantan- y añaden que si se ganan es bueno para todo el PSOE. Por ganar en la región más poblada y además porque, cito textualmente “pondrá en su sitio a Podemos”.
¿Ningún seguidor de Podemos se ha sentido defraudado por el hecho de que a su líder le haya faltado tiempo para aceptar una invitación de lo que él llama “casta”?
Vamos al otro bando, al del PP. A un par de gestos de miembros del gobierno. La vicepresidenta quedó atrapada el pasado viernes, antes de llegar a Lerma, en la autovía por la que se dirigía con su marido e hijo a pasar el fin de semana en el País Vasco. Dos horas y media de parón por un accidente. Cuando al llegar a su destino trató de justificar el retraso, algunos compañeros se extrañaron de que no hubiera utilizado el coche de escolta para abrirse camino, y Soraya contó que ni se le había pasado por la cabeza.
Otra historia, con Ana Pastor de protagonista, demuestra cómo se las gastan en la televisión autonómica catalana. Le hicieron una larga entrevista… y cortaron la parte en la que explicaba que las obras del puerto de Barcelona no las había pagado la Generalitat, sino el gobierno central, como ocurre con todas las obras de Puertos del Estado. Tijeretazo. Se entiende que un sector de catalanes abominen del resto de España y se crean lo de “España nos roba”.
Un apunte último sobre la cena en casa de Bono: ¿Ningún seguidor de Podemos se ha sentido defraudado por el hecho de que a su líder le haya faltado tiempo para aceptar una invitación de lo que él llama “casta”?
Pilar Cernuda