Desde el inicio de la Transición, todos los partidos políticos han tenido una cosa clara, la misma todos: que los españoles quieren que España cambie. Lamentablemente, ninguno de ellos, ni los dos que han ocupado el Poder central desde entonces, ni los otros que hallaron su acomodo en las comunidades autónomas, han hecho el menor caso a esa demanda, salvo, en algunos casos, en lo material y en lo cosmético, y ello no tanto por su estímulo como por el natural progreso del tiempo.
Cuarenta años son muchos años para querer seguir cambiando, o para seguir esperando ese cambio profundo, radical, bienhechor, que nunca llega. Sin embargo, los partidos, gendarmes más que portavoces de las aspiraciones populares, no han dejado de explotar el filón propagandístico de esa necesidad en ninguna de las campañas electorales. Todos. El pasado sábado comenzó la última, que abarca todo 2015 por sus numerosas citas con las urnas, con una «Marcha por el cambio» instrumentalizada por Podemos, pero aquí se ve también que éste nuevo partido, beneficiario del asco general que ha llegado a producir la clase política heredera o epígona de aquella Transición inmovilizante, se abona a la tradición y conserva muchos de los tics de la vieja escuela. En el año 82 del pasado siglo, ya llegó Felipe González, el Pablo Iglesias de entonces, a caballo de ese eslogan: «Por el cambio».
Tomasi de Lampedusa lo clavó en «El gatopardo»: «Es necesario que algo cambie para que todo siga igual»
Desde entonces, y a rebufo de aquél exitoso lema propagandístico, lo siguió usando el PSOE («Tú decides el cambio», «El cambio empieza por Europa»…) hasta ahora mismo, que Pedro Sánchez utiliza el «Cambiando». El PP, visto lo bien que a su adversario le funcionó la primigenia milonga, ha usado en sus campañas, entre otras variantes, «Súmate al cambio» y «Empieza el cambio». CiU usó el «Comença el canvi», el PSC «El canvi real», VOX el «Cambiar» a secas, y Podemos, además de «La marcha del cambio», el «Podemos cambiar las cosas».
Podría decirse que Giuseppe Tomasi de Lampedusa lo clavó en «El gatopardo»: «Es necesario que algo cambie para que todo siga igual». Una pena éste enésimo escamoteamiento del cambio verdadero al Pueblo Español, y cuando más lo necesita.
Rafael Torres