lunes, noviembre 18, 2024
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Pedro, esto no acaba aquí

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Pensé que eran los efectos de la gripe, que algo me había sentado mal o que, definitivamente, mi cabeza estaba en crisis. Pero no, ni era la, gripe, ni nada me había sentado y mi cabeza, de momento, funciona estupendamente. Lo que estaba viendo y escuchando era verdad. Era y es verdad que Pedro Sánchez ha abandonado escaladas televisadas, que, con toda probabilidad ya no volverá a compartir mantel con una familia de izquierdas a la que no convenció para que volvieran al PSOE. Debe ser verdad que está harto de que le cuestionen, cosa que hacen incluso los que le votaron, y ni corto ni perezoso se vistió de Batman .Con explicaciones tan etéreas como «pérdida de imagen» y argumentos semejantes, su lugarteniente Cesar Luena compareció en rueda de prensa para, en resumen, afirmar que quien manda «es Pedro».

Y así, en un abrir y cerrar de ojos, no solo han laminado a Tomas Gómez como candidato, lo mismo que se han llevado por delante toda la estructura orgánica del PSM, madre de todos los dolores socialistas. Hacía tiempo que Gómez algo se maliciaba y de hecho hace dos meses el propio Gómez se lo dijo pero Gómez que no tenía menos legitimidad para ser secretario general del PSM y candidato a la Comunidad que la que tiene Sánchez para estar al frente del PSOE, dijo que no. Que a él nadie le acusaba de nada y que si estaba donde estaba era porque unas primarias –a la hora de la verdad que poco valen– le avalaban reconociendo que las encuestas no les daba bien pero que no era excepción. Las encuestas colocan al PSOE de Sánchez en tercer lugar.

Se han llevado por delante toda estructura orgánica del PSM

Gómez estaba donde estaba porque así lo quisieron los militantes. Son ellos quienes le legitimaron y si las encuestas dan mal, lo, vienen haciendo desde hace mucho tiempo. Lo del tranvía de Parla no es nuevo, ni fue ayer cuando se descubrió la operación Púnica. Nada nuevo bajo el sol pero hete aquí que Sánchez ha esperado a estar a tres meses de las elecciones para dar un golpe de mano que la inmensa mayoría de socialistas contemplan con estupor y no pocos con auténtico pánico. Luena ha venido a decir que quien se mueva no sale en la foto, que a su jefe más directo no le tiembla la mano aunque de Andalucía no diga ni media palabra. Susana Díaz no es Tomas Gómez, pero Gómez no está dispuesto a pasar a la historia como cordero propiciatorio.

Suele ocurrir que estos alardes de autoridad son directamente proporcionales a la inseguridad de quienes lo ejercen. Para que no falte un ápice de duda, los cerrajeros enviados por Ferraz han  cumplido con su encargo y Tomas Gómez ya no puede entrar en su despacho. ¡¡Qué innecesarias tantas malas formas!! Muchos socialistas cuyo nombre prefieren no aparezca confiesan que «si este es el nuevo PSOE, que Dios nos pille confesados». Uno de ellos es ateo, pero como buen ateo se acuerda de Dios cuando el avión esta a punto de estrellarse.

Parece claro que Tomas Gómez no era la mejor opción, pero ¿se enteran ahora? ¿No ha habido tiempo de tomar decisiones en un momento menos clave que el actual? ¿Se cree de verdad Pedro Sánchez que la candidatura que elaboren será la candidatura del éxito? Un veterano, bien lucido, por cierto, ya le ha advertido: «Pedro, esto no acaba aquí».

Y claro que no acaba aquí. Esto es solo el principio de un desastre, de un suicidio sin necesidad de asistencia. Es un salto al vacío, un precedente sin precedentes y como después de la que han organizado, la candidatura que aprueben la próxima semana no sea realmente de éxito, Sánchez puede tener por seguro que lo que ha hecho, le harán y se equivoca si cree que quien lo vaya a hacer sea Susana Díaz. Lo que ha hecho le harán porque los cuchillos vuelan, porque no hay ni un solo socialista entusiasmado y satisfecho con lo ocurrido y sobre todo por la falta de explicaciones tangibles y concretas y las formas desmesuradas como indica el fulminante cambio de cerraduras.

En mi candor pensé que en un partido que ha optado por las primarias abiertas al mundo mundial a cambio de un euro, que ha inventado las asambleas abiertas y que ha hecho de la participación una de sus señas de identidad se comporte –no entro en las razones–como lo ha hecho.

Para acabar la fiesta, dicen que el exministro Gabilondo ha dicho que sí a la propuesta de ser candidato a la Comunidad. No es así. Gabilondo ha escuchado pero en las actuales circunstancias, con semejante clima, Gabilondo no será candidato a nada, entre otras razones porque para él, aunque nunca lo diga porque es un caballero y un hombre bueno, Sánchez no es candidato a nada. Y quien ha hablado con él ha sido otra persona. Gabilondo es un lujo de fichaje, un hombre excepcional y un intelectual de primera pero no está en sus planes que le salga una sola cana por una pugna que no es la suya. A Trinidad Jiménez le importa menos que se le chafe la melena.

Lo dicho. Esto no acaba aquí y en política en donde nunca se perdona nada, lo que haga te harán. El precedente lo ha propiciado el propio Sánchez. Me apunto a la tesis de Nicolás Redondo. «El PSOE o se refunda o deja de ser útil a medio plazo».

Charo Zarzalejos

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