En Venezuela, a la casta chavista los llaman «boliburgueses». Son ese batallón de hombres y pocas mujeres que han rodeado a Chaves y ahora a Maduro, esos privilegiados que por supuesto no viven como el ciudadano medio, de los que por cierto quedan pocos. Creo que a la luz de las informaciones que hemos conocido en las últimas horas sobre cómo trataba el chavismo a los profesores españoles desplazados a Venezuela para enseñar y aprender a ser buenos bolivarianos, vamos a tener que empezar a llamar a los de Podemos «boliburgueses».
Durante años, estos dirigentes de Podemos, esta casta universitaria que se regala contratos-beca, que realiza informes a precios millonarios absolutamente fuera de mercado o que monta programas de televisión con empresas dudosas y presuntamente paga en negro y sin cotizar a sus empleados, ha vivido en Venezuela a cuerpo de rey, ha cobrado sueldos impresionantes, dietas estelares y ha tenido tres coches a su servicio: La careta ya no se les sujeta. Pero es que además están demostrando el escaso poder de convocatoria que tienen en la elección de candidatos. De hecho, en toda España apenas ha votado uno de cada cuatro inscritos y éstos no han llegado ni a los 300.000. Y algunos, más de la mitad, ha resultado ser el candidato elegido por la cúpula. ¿Dónde están los simpatizantes que se morían por votar, dónde está el empoderamiento de la gente?
Puede que todo esto explique el inicio del desafecto de una parte cada vez más importante de los que hasta hace poco se mostraban dispuestos a votar a Podemos. Por si todo esto fuera poco, en las últimas horas se han producido una serie de declaraciones, a pocos días de las elecciones en Andalucía y a 100 días de las municipales y autonómicas, que demuestran que siguen sin proyecto económico claro y metiendo la pata hasta el corvejón. Ya no venden ni chavismo ni bolivarianismo, aunque no cuele, pero es que tampoco tienen nada concreto. Vaguedades y meteduras de pata. ¿Y estos personajes quieren dirigir este país?
Carmen Tomás