No hay otra. O enseña sus pechos o no nos vota ni Portugal, el país que más votos nos ha dado en la historia del Festival (187). La canción de Edurne, ese «temazo» con el que ella había soñado participar y con el que íbamos a volver a organizar el certamen el año que viene, como ganadores indiscutibles, no hay por donde cogerla y la duda no es en qué puesto quedaremos sino si la chica logrará igualar la «gesta» de Remedios Amaya en 1983, cuando nos fuimos con un cero en nuestro casillero, o la de Lydia Rodríguez (la actual vocalista de Presuntos Implicados) en 1999, cuando logramos la friolera de un punto.
Y si lo de la canción en sí es de traca (¿de verdad que no hay un estribillo?), lo del videoclip es, como diría Belén Esteban, para mear y no echar gota. El «crossover» entre 'Gladiator' y 'El señor de los anillos' es como para terminar en un manicomio tras haberlo visto veinte veces seguidas (al parecer es a partir de ese número cuando el tema empieza a ser «pegadizo» y uno comienza a encontrarle sentido a lo del anillo en el suelo con la fecha de Eurovisión y la invocación al fuego).
El «perdí la razón» que entona Edurne en la canción es lo que a una le sucede cuando se convierte en tigre (¿habrá querido hacer también otro homenaje a 'La vida de Pi' o incluso a Shere Khan, el felino de 'El libro de la selva' que parece que no tiene parentesco alguno con el exguardameta del Bayern de Munich?).
¿Lo del águila? De verdad, no sigan intentando encontrarle sentido a nada de lo que aparece en el videoclip, ni tan siquiera al hercúleo mozo que se ha buscado de acompañante. Nada lo tiene, salvo el amanecer con el que se despide para recordarnos el título de la canción.
El escote que luce en un momento dado no está mal, pero se queda incluso corto con algunos con los que obsequiaba a la concurrencia en 'Todo va bien'. Si en aquel programa de Cuatro la curva de la audiencia subía los días en los que lucía más delantera, por muy machista que suene (ya saben que yo no soy sospechosa en ésto), no hay otra que hacer algo similar si se quiere volver a emular a Massiel o a Salomé.
Por cierto, ¿recuerdan con cuantos puntos ganaron estas dos cantantes Eurovisión? Con 29 y 18 puntos, respectivamente. Chikilicuatre logró 55 y se tuvo que conformar con el puesto 16º, y a Mocedades, con 125 puntos, la cifra más alta lograda hasta la fecha en el certamen por ninguno de nuestros representantes, sólo le dio para ser segundo.
O Edurne sale en pelota picada al escenario vienés, o sale en su defecto con un modelito de esos que quitan el hipo o ni siete Gandal o quince Máximo Décimo Meridio, el personaje al que daba vida Russell Crowe en 'Gladiator', podrán evitar el nuevo fiasco eurovisivo español.
A lo mejor es que es eso lo que pretendíamos con 'Amanecer', el no tener que pagar, en tiempos de crisis, lo mucho que cuesta organizar un festival de este tipo. Lástima que la «operación ahorro» sea a costa de un ángel como Edurne.
La mosca