Un viejo disidente cubano residente en Miami decía tras el acercamiento firmado entre Raúl Castro y Barak Obama que no sólo debería ser únicamente un acuerdo para favorecerse económicamente a los dos países, sino también para conseguir la libertad del pueblo cubano.
Me da la sensación que ese disidente cubano tendrá que esperar sentado por un tiempo y a la vez tener muchas dosis de paciencia para poder ver pasar los cadáveres de los hermanos Castro si quiere empezar a ver a su isla con los primeros pasos hacia la libertad.
Digo esto porque es imposible que estando Fidel y Raúl Castro manejando todos los hilos de Cuba sea posible una apertura real hacia la libertad, ya que de ninguna manera a estas alturas de su vida estos dictadores van a torcer su brazo, o ceder a renunciar al sistema que a ellos les ha dado poder y riqueza económica personal y familiar, pero que a la misma vez ha oprimido, empobrecido, aislado y machacado al pueblo cubano.
El Presidente Barak Obama ha escrito una controvertida nueva página de su política internacional dando concesiones a Cuba para empezar un diálogo entre los Estados Unidos y Cuba que lleve a establecer relaciones diplomáticas entre los dos estados, tránsito de personas y mercancías, además de retirar al gobierno de Cuba de la lista de países denominados colaboradores de terroristas y peligrosos para la paz mundial; todo ello recibido como no podía ser de otra manera con gran regocijo por las autoridades castristas cubanas que lo ven como un triunfo a sus tesis de «resistir para ganar», y a la vez de su profunda alegría los Castros anuncian que no pisarán de ninguna manera el acelerador, sino que como todos comprobamos en la comparecencia con Obama, Raúl Castro ya se encargó de poner cínicamente el freno a las expectativas norteamericanas recordando que todo debe ir a su tiempo, pero poco a poco y con tranquilidad.
Obama perdió la oportunidad de reclamar varias exigencias democráticas de debido cumplimiento a los hermanos Castro
No es de extrañar que desde círculos políticos norteamericanos, así como desde la opinión de muchos analistas políticos de medios de comunicación de la misma manera que desde la mayoría del fuerte lobby de la disidencia cubana en Florida se le recrimine a Obama que haya perdido nuevamente una gran oportunidad para lograr avances importantes en defensa de los Derechos Humanos y las libertades en la isla caribeña.
Porque la realidad es que Obama perdió la oportunidad de reclamar varias exigencias democráticas de debido cumplimiento a los hermanos Castro, como la son la inmediata liberación de los presos políticos encarcelados, el cese de la persecución de los dirigentes políticos de la oposición, la plena libertad de pensamiento para los ciudadanos cubanos o implantar el sistema democrático con elecciones libres y reales para que sea el pueblo cubano quien elija democráticamente a sus representantes.
Es un error que los Estados Unidos obvien estas reclamaciones intentando sacar provecho pensando en sus «business» para sus agentes turísticos o macro empresariales de grandes empresas norteamericanas en un futuro próximo en la isla. Por supuesto que Cuba necesitará muchísimas inversiones pero tanto como ello necesita respetar el gobierno cubano los principales ejes fundamentales de respeto a las personas y a las libertades.
Hoy día en Cuba, su gobierno dictatorial comunista tortura, asesina y sigue siendo santuario de grupos terroristas como ETA, donde varios de los asesinos de esa organización criminal se refugian en Cuba con los parabienes de gobierno comunista, de la misma forma que lo hacen en Venezuela gobierno satélite de Cuba.
Desgraciadamente los Fariñas, los familiares de Oswaldo Payá, las Damas de Blanco, los miles y miles de exiliados cubanos fuera de Cuba han recibido del ejecutivo Obama un duro revés para sus dignas y justas reclamaciones de lograr una Cuba libre.
Carlos Iturgaiz